Mientras todas las miradas
comenzaban a dirigirse consternadas ayer hacia Galicia, las televisiones y
radios cambiaban sus parrillas para dar la noticia del accidente ferroviario y
en Twitter todos se movilizaban para hacer llegar a cuantas más personas mejor
la información de lo ocurrido (datos del tren siniestrado, teléfonos de
atención a los familiares de las víctimas, lugar donde poder donar sangre,…), Martu Garrote, secretaria de Políticas
Autonómicas de la Agrupación Socialista
de Chamartín, ferviente tuitera, escudera de la tolerancia y adalid del respeto
en pro solo de parar las críticas hacia de su querido líder Tomás Gómez, daba
muestras de un ejercicio de falta de humanidad sin precedentes.
Con los cadáveres todavía en los
raíles y los teléfonos móviles sonando sin respuesta, la socialistas madrileña
colgaba en su cuenta (@martuniki) esta reflexión cuanto menos de mal gusto
acerca de lo ocurrido: “Os acordáis de los argentinos protestando por los
recortes en mantenimiento de sus trenes y la inseguridad, pues ya los tenemos
aquí #PPCortes”.
Así rezaba su comentario cuando
todavía no se conocían las causas del accidente. Unas palabras que se podrían
tener en cuenta durante los próximos días sí se descubre que el mantenimiento o
los “recortes en seguridad” pudieran ser la causa de tal estremecedor
accidente, pero que no cabe duda que no era el momento de mencionar con los
ciudadanos aún consternados con la noticia.
Por todo ello, no es de extrañar
que las críticas hacia las palabras de Garrote no se hicieran esperar. Muchos comenzaban
a calificar de “intolerable”, “falta de respeto”, “poco escrúpulos y corazón”
la reflexión de la socialista que, no contenta con las consecuencias de sus tan
desafortunadas palabras, decidía retirar el tuit no sin antes dejar claro que
uno de los motivos eran las “amenazas y los comentarios virulentos” que éste había
provocado hacia su persona. En tela de juicio quedaba entonces para muchos cómo
calificarían de virulento su comentario los que desde Galicia esperaban
noticias de sus seres queridos a los que llamaban al móvil sin recibir respuesta.
Muchos aseguraban que Garrote, tras este comentario, no era digna de estar en
política y algunos medios como Sierra Norte Digital ya pedían medidas al
respecto por parte de su partido.
No es la primera vez que los
comentarios de esta militante no dejan indiferente al respetable y no
precisamente por su educación y respeto, ese que ella tanto pide y crítica de
quienes no opinan como ella y su círculo de confianza. A diario suele dar
muestra de su vehemencia al defender los intereses de su líder, el señor Gómez
y políticos afines, obviando en ocasiones el partido en el que milita y dirigiendo
las críticas incluso hacia sus propios compañeros.
Habituales son además en su
cuenta de Twitter comentarios hacia los periodistas que según ella van en
contra de sus ‘amigos’ acompañados dichas críticas con calificativos como
imbéciles. Ana Pastor, por ejemplo, ha sido víctima del garrote de la Garrote.
El de ayer no ha sido el único
capítulo de sus escarnios. Son #suscosas,
parafraseando ese hashtag que usa ella para etiquetar algunas
reflexiones (#miscosas) Ya en su momento tuvo que retirar otro comentario en la
citada red social donde escribía, junto a una imagen de un grabado de la Catedral de Granada en
recuerdo por los sacerdotes asesinados durante la Guerra Civil: “Siempre digo que
en España quemamos pocas iglesias y matamos pocos curas, pero en la Catedral de Granada dan
fe de lo malos que somos los rojos”.
Tras el revuelo causado, se
apresuró a borrar la primera parte del comentario dejando únicamente la segunda.
Asimismo, tal y como recogieron varios medios de comunicación, el que fuera
consejero de Familia y Asuntos Sociales, Salvador Victoria, pidió hace meses la
dimisión de la socialista acusada al parecer de calificar a los necesitados y
discapacitados de “mendigos”, “pordioseros”, “tullidos” y “polipoterras”.
Dicho lo cual, y visto la falta
de respeto de esta señora, lo único que queda es que cada uno saque sus propias
conclusiones y, como dice el refrán, que cada cual aguante su vela. En su caso,
el garrote, y que afronte las consecuencias no ya de sus actos, -que seguro que
todavía hay quien la respalda-, sino de su conciencia por ser capaz de verbalizar
semejantes barbaridades y seguir con la cabeza alta.
Recuerdo que soy también miembro del Comité Regional del PSM y me avergüenzo de la que no reconozco como mi compañera.
Recuerdo que soy también miembro del Comité Regional del PSM y me avergüenzo de la que no reconozco como mi compañera.
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