martes, 30 de julio de 2019

Unidas Podemos, ORT, PTE y Liga Comunista Revolucionaria


La fórmula de apoyar al gobierno sin estar en él, dependiendo de objetivos concretos tiene historia en Europa. ¡Y Edison inventó la bombilla! O por lo menos, eso nos han contado.

La izquierda radical no deja de sorprenderme, hasta el punto de que cualquier pensamiento que se tenga sobre ellos en cuanto a lo que negativamente representan, se queda corto cuando analizamos los sucesos producidos durante el fallido intento de investidura de Sánchez como presidente.
Un día antes de la última votación, pensé que por muy poco que ofreciera el gobierno en funciones a estos chicos representados por Iglesias, siempre sería suficiente para entender que habiendo leído un poco de la historia de esta nuestra vieja Europa, aceptarían. Y esto es así, porque se convertirían en la primera agrupación extremista, en conseguir figurar en un gobierno con un partido de tradición.

Saltó la sorpresa cuando horas antes de esa última decisión, se filtró que los fundamentalistas españoles saldrían a sus escaños, para negar cualquier posibilidad de investidura que a los socialistas se les pudiera pasar por la cabeza.

Es decir, que ante la posibilidad de formar parte del gobierno de España, esta gente decide que prefiere seguir haciendo lo que ellos creen es una oposición.

La postura de Pablo Iglesias en relación a la posibilidad de formar gobierno con Pedro Sánchez, solo demuestra que su partido, del que es dueño y señor, es un grupo antisistema y está compuesto por antidemócratas que solo buscan destruir el Estado de Derecho. Este grupo de proetarras e independentista, no quiere gobernar, no quiere formar parte en la toma de decisiones que atañen a los españoles, ni quiere defender las ideas sobre las que hablan a sus votantes desde esos altillos pintados de colores tan opuestos como son los que representan colectivos LGTB o islamistas. Su concienzudo y principal dirigente, prefiere seguir vagueando y viviendo a cuerpo de rey, rodeado de su séquito modo marajá, en lo que más parece la asumida dictadura de una secta, que un grupo que defiende unas ideas, las que sean.

Una vez más los votantes de podemos pueden estar satisfechos, pues son quizás ellos quien tienen la culpa. Una culpa no atribuible a su propia moral, por venir dada por un desconocimiento engañoso, propio de la falta de información que ofrecen en sus discursos. Unidas Podemos, aunque el nombre es un poco incongruente, es la mayor estafa política de la historia de este país. Y con esto no estoy diciendo que no sea necesario un partido de izquierdas que se plante antes ciertas circunstancias sociales o que defienda lo que otros no somos o no entendemos que hay que defender. El diálogo y la confrontación política son cosas necesarias.

Y por último hay que dejar claro que estos chicos de podemos, refiriéndome a la cúpula y dirigentes, que lejos están de las castas inferiores que no pinchan ni cortan y apenas se enteran de nada, no son otra cosa que la representación de aquellos grupos y ligas comunistas revolucionarias, ORT o el mismo PTE, que muy a la izquierda de un PCE, representaban al verdadero extremismo. No se trata de hacer políticas, ni tan siquiera cuando nos dan la oportunidad de formar parte por pequeño que sea. Se trata de destruir el país. Lo mejor de todo, es que cada día que pasa queda menos para erradicar este tipo de gente, que está muy lejos de cualquier PSOE o PP.

¡Bendito bipartidismo!

martes, 23 de julio de 2019

MInisterios en El Parque Natural de Jandia


Iván Redondo ha decidido que no vamos a elecciones en noviembre. El gurú de Pedro Sánchez ha pensado que mejor no asumir riesgos innecesarios y que más vale una vez muy colorado que ciento amarillo. El suicidio de los socialistas se consumará este jueves, cuando a cambio de una vicepresidencia de cartón piedra y tres ministerios descafeinados que dictarán políticas ecológicas y de castillos hinchables, putas desde el respeto y lo que más le dolerá a Carmén, la igualdad entre todos y todas, el votante de centro izquierda empiece a pensar que su voto ha ido destinado a un gobierno independentista, que defiende a los cachorros etarras de Alsasua y aboga por las políticas feministas arcaicas y más radicales que fomentan la extinción.

Pues eso es lo que tenemos sobre la mesa como un acuerdo previo, que de no producirse un milagro casi imposible, perdón por la redundancia, dará al traste con nuestro país. Sinceramente no me preocuparía demasiado un gobierno socialista ganado en las urnas, que aunque nada tenga que ver con aquellos inicios que después de la transición pusieron a los Felipes y Alfonsos en el poder, podría ser válido siempre y cuando no se dedicaran a inventar más de la cuenta. Otra cosa es la precariedad mental de parte de la clase política actual, que me tiene que representar, de la que mucho se nutre el socialismo actual, al que en la otra parte respeto.

Que esté el de la coleta en el gobierno es indiferente, puesto que ya está todo hablado y Pedro Sánchez tenía decidido esto desde hace mucho tiempo, haciendo caso a Iván, quien le recordó aquella anécdota del presidente Johnson en conversación con McNamara, en la que descubrieron que el amo de las cloacas americanas del momento, tenía que estar en su equipo y mear de adentro hacia fuera.  No es que Iglesias sea dueño de ninguna cloaca, ni controle nada que salga del fiasco de partido sectario que tiene montado, pero quien le conocemos sabemos que es malo hasta el punto de poder ser considerado uno  de los mayores dictadores de la historia, como así le definen dentro de su propio séquito. Lo que no le gusta, lo erradica. Quien no está con él, desaparece.

Hoy nos vamos a dormir pensando en que pasará, pero lo único que realmente deseo es que no se nos termine de ir la cabeza un poquito más allá y algún loco desfasado coloque a alguno de estos más que probados sinvergüenzas, en Defensa, Interior, Exteriores o los dejen cambiar las bombillas en el ministerio de la pasta, porque de ser así, España corría el riesgo de desaparecer rápidamente.

Con lo fácil que podría haber sido por lo tontos que realmente son, haber creado catorce o quince ministerios con sede en el Parque Natural de Jandía o en Tabernas, haberlos mandado cuatro putos, la cerveza, el sueldo y un peluquero para que fueran felices y comieran perdices.

Cuando se conocen las tripas de los organismos y se ha vivido cierto tipo de cosas, uno no se explica el cómo se ha podido llegar hasta aquí. Sigo pensando que tenemos lo que nos merecemos.



jueves, 18 de julio de 2019

Cruceros, Cruceros y Más Cruceros

Resultado de imagen de barco hundido
Fuente: Nauta360
En los últimos veinte años, más de dos mil personas han fallecido ahogadas en accidentes marítimos. Más de la mitad de estas víctimas fueron inmigrantes ilegales transportados previo pago por el crimen organizado. Estos sucesos, que podrían parecer aislados o fortuitos, forman parte de la mal llamada crónica negra, y la inmensa mayoría están muy lejos de ser fortuitos.

Este texto va a resultar un poco extremo y difícil de entender para ciertas mentes, poco privilegiadas acopladas a una corriente filosófica que no saben ni que existe, del que podría haber sido Kant precursor y que denominamos, personalismo. Wojtyla, Guardini y demás.

Todos hemos visto a Leonardo Di Caprio hundirse congelado en las aguas del Atlántico, mientras una Kate Winslet quedaba vivita y coleando, aferrada a lo que podría ser la puerta del camarote sesenta y nueve de un famoso transatlántico británico de principios de siglo, denominado Titanic. Pero si preguntamos por el Lusitania, somos menos los que podríamos dar algún dato sobre el porqué del hundimiento del barco americano, en el que murieron ahogadas muchas más personas.

¿Y si avanzamos un poco más en lo desconocido? El Príncipe de Asturias fue un buque español que se hundió después de unos días de haber salido de Barcelona con destino a Brasil. Seiscientos o setecientos muertos. Sesenta muertos en el Andrea Doria a mediados del Siglo XX o toda la tripulación del Kursk. ¡Ahí queda eso!

Ahora bien. ¿Alguien me puede decir que conoce el hundimiento del Wilhelm Gustloff? ¿Y del Doña Paz? Quince mil muertos entre los dos. ¿La explosión del Mont Blanc en Halifax? Nada de nada. ¡Estoy seguro!

Hay más, pero como no estoy en condiciones de estrujarme mucho la cabeza y como decía mi abuela, para muestra vale con un botón, voy a plantear una pregunta. ¿Cuál es la manera más fácil de hacer desaparecer, anular o erradicar para siempre a alguien y salir airoso de dicha ejecución? La respuesta es muy fácil, pero no entra en ninguna de las cabezas que están leyendo esto. ¿Un tiro en la cabeza? ¿Venenos? ¿Descuartizamiento? ¿Corbata? No. La respuesta es sencilla. ¡Hundir un barco, en el que antes hemos metido a la persona de nuestro interés?

¿Quién viajaba en el Titanic? ¿En el Andrea Doria? ¿Qué militar ruso de cuyo nombre no quiero acordarme iba en el Oscar II? ¿Qué españolito desapareció en el Príncipe de Asturias? Preguntas y más preguntas, sobre los que no encontramos ningún documental en el canal Historia.

¡Pues así es! Los cruceros, los viajes en barco y alguna cosa más, se inventaron en tiempos de Cunard El Primero, para erradicar molestos personajes que se vinculaban donde no debían de manera equivocada y solo hay que conocer la Ley del Mar, para saber que a partir de 20 kilómetros, desde el punto en el que los personalistas se mojan el culo, se puede hacer cualquier aberración, ya que aunque intenten juzgarnos por los hechos producidos, va a ser muy difícil salir condenados. Así que mucho cuidado con los cruceros y viajecitos en barco, ya que algunos se hunden o simplemente regresan con menos pasajeros de los que en un principio embarcaron. ¡Feliz Verano! 

¡No hagáis caso! Todo es ciencia ficción.