Para José Antonio Lavalle Echevarria, una de las mejores personas que he conocido.
Se acaba el día en el que la Asociación Española contra el Cáncer determina que todos los ciudadanos debemos de portar un lazo de color rosa.
Son muchas las personas que han decidido hacerlo como una forma de homenaje a las personas que padecen o han padecido dicha enfermedad.
Mi homenaje a dichas personas va a ser esta pretendida breve opinión sobre el tema y para ello lo primero que quiero hacer es desligarme de patrañas absurdas que desvirtúan la complejidad y la seriedad del tema que nos ocupa.
Desde estos párrafos quiero unirme a los enfermos de cáncer, ya sea de mama, hígado, piel o pulmón y hacerlo de otro modo. A mi manera. De una manera muy clara y muy concreta.
Quiero que los partidos políticos luchen día a día para paliar esta enfermedad.
Que los laboratorios activen esos protocolos que guardan en cajas fuertes, más baratos, más efectivos y sobre todo con menos daños colaterales aunque esto les suponga ingresar menos dinero en sus arcas.
Que la sociedad médica entienda que en muchas ocasiones la cirugía radical no es más garantía de nada y que que hay que trabajar siempre que se pueda por cuidar a la persona igual que al paciente.
Deseo que todos los días y no solo un 19 de octubre cualquiera, defendamos el derecho de los ciudadanos a recibir unos cuidados médicos acordes con el mundo en que vivimos y por los que todos hemos luchado.
Me aparto de cualquier homenaje en forma de color rosa porque el cáncer no es un conjunto de actos políticos para que una panda de energúmenos que no saben lo que es esto, salgan muy sonrientes en las fotos.
Ojala entre todos podamos dar la vuelta a la tortilla y entender lo que realmente es el Cáncer, por ejemplo el de mama.
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