Vergüenza ajena es la
que muchos españoles sentimos cada mañana al leer las opiniones de estos
ambientadores de tertulias de tres al cuarto. Oportunistas mediáticos que,
amparados bajo un grupo de políticos que incluso queda lejos del actual partido
popular, demuestran permanentemente su clasismo y su falta de empatía con la
sociedad.
Me pregunto sobre los
conocimientos que individuos de la talla de Tertsch, Pérez Maura o Jaime
González tienen sobre los movimientos que existen en el entorno de la guerra contra
la organización criminal vasca.
Parece como si
conocieran de primera mano las decenas de miles de informes que se han generado
a lo largo de los años para poder emitir sus juicios de valor sobre sentencias
hechas en base a derecho que culpan o exculpan a unos y a otros.
Esta panda de
analfabetos políticos que opina solamente a favor de quien les paga, no aporta
criterio alguno ni ninguna realidad sobre la que ni tan siquiera poder
rebatirles.
Alfredo Pérez
Rubalcaba es bajo lo que sus palabras dejan entrever un poco menos que
colaborador del terrorismo vasco y responsable de ese chivatazo dentro
del caso Faisán.
El caso Faisán no es
el caso de un chivatazo. El caso Faisán es una investigación
policial abierta sobre un delito de extorsión que financiaba el entorno
abertzale y que, como en muchas de las investigaciones abiertas dentro de la
lucha antiterrorista, tiene caminos tan complicados que quedan muy lejos de su
capacidad para entender lo que significan mil muertos a manos de ETA.
Desde aquí les voy a
mandar una tarea. Estudien y lean lo que puedan sobre la organización del
perfectísimo Complejo Donosti, y aprendan del enemigo para después poder opinar
sobre las acciones que los legítimos gobiernos y sus órganos competentes desarrollan
para contrarrestar la barbarie criminalidad de los terroristas.
Cuando sus
patéticas personalidades aprendan lo que significa la palabra terrorismo en
su más amplio concepto y entiendan que, desde el primer muerto de ETA hasta el
último merecen más respeto del que ustedes de ninguna manera jamás podrán
entender, entonces y solo entonces estarán habilitados para poder opinar de lo
que hoy por hoy no tienen ni puta idea.
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