viernes, 25 de enero de 2013

Concurso de mamazos


En relación a la entrada del pasado miércoles, "mamazos virtuales".

Han pasado dos días y quiero manifestar que no necesito llamadas de apoyo que aseveran la realidad que conozco y si me gustaría que, alguien de esa mayoría que "maneja" Tomás Gómez, se pronunciara al respecto.

A ver si es posible que los seguidores de Tomás me argumenten en que me equivoco o como me equivoco. Es triste que solamente una persona se haya "enfrentado" a mí a través de esa entrada con un argumento pacificador y demandando respeto en la redacción de la misma, pero nunca debatiendo sobre lo contrario, si fuese o existiese.

Con mi entrada no he tratado de hacer daño, incluso ni a la falsa moral y perfectamente podría haber buscado un símil diferente a la "mamada" acordándome de la felación sexual. Pero simplemente he tratado de ironizar con el término "mamazo" porque fue la palabra que más escuche en la mañana del domingo pasado durante la celebración del Congreso Regional. 

No es malo usar el lenguaje de la calle. Hablamos con naturalidad cuando no nos escucha la mayoría y, en privado, usamos mucho mejor la riqueza del idioma que ejercemos. Existen infinidad de tópicas frases que repetimos constantemente y poniendo un ejemplo, podemos recordar el famoso "a tomar por el culo" que en principio hace referencia al sexo anal que específicamente sería introducir el pene o aparato reproductor masculino en el interior del ano o salida de residuos. Nadie se escandaliza cuando en un aspecto coloquial y a nuestros amigos, hermanos o compañeros, les deleitamos con esa frase para expresar un "déjame en paz" o simplemente cuando queremos dejar clara nuestra rabia al haber perdido una oportunidad. ¡A tomar por el culo!

También nos podemos acordar del "tócate los cojones" y así expresar sorpresa, o decir que "te estás tocando los cojones" cuando queremos llamar la atención al vago o simplemente pensamos en un periodo asueto.

El Comité Regional parece un "concurso de mamazos". Eso argumentaba un conocidísimo compañero de la misma Ejecutiva Regional delante de más de una decena de personas y nadie en ese momento se escandalizó. 

Usamos el  "qué hijo de puta" con las personas más queridas y al mismísimo Luis Bárcenas le apodaron "el cabrón". ¿Respeto? Que alguien me diga por favor en qué me he equivocado y, sobre todo, cuándo he faltado al respeto una sola vez en mi vida, a alguien.

En definitiva, tenemos que pensar que el castellano de hoy, proviene de un decadente latín que se convirtió en casi vulgar. Y ese es el actual y rico idioma con el que nos expresamos.



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