- Respiro.
- Estoy acostumbrándome a obrar de manera fácil.
- No pude hacer nada más que echar el ancla y desde mi silla, nada más.
- Decido por sentimientos parados en el tiempo e impermeables a lo ajeno.
- Inerte bajo la amarilla luz.
- Decidí cambiar contenedores amarillos por fachadas de color azul.
- Ocres, tonos pastel y tonalidades entremezcladas se perdieron en el pasado.
- Azul, amarillo y magenta entre rectas y gruesas líneas negras como el carbón.
- Ahora mi mundo está oculto y el aburrimiento es sublime y suave vencedor frente a mi animal interno.
- Me derrotaron muchas veces porque me la jugué demasiadas y las cicatrices son hoy entendidas victorias.
- Ya no estoy enamorado de los miles de mundos que se contrapean para formar el que manejo.
- Perdí el fanatismo y la fascinación se quedo atrás.
- Millones de mundos contrapeados sin principio y sin final. Superpuestos en acciones u omisiones de andanzas sin acabar y de vagos arrepentimientos.
- Tedio.
- De lado, arriba o abajo.
- La suma de todo y la de todos a la vez me ataca y me vence.
- Las sensaciones se sumaron en una dirección.
- Farsa.
- La sensación. Las sensaciones.
- El poder, el dinero y el sexo.
- El amigo y el enemigo.
- La piel de mis enanos.
- El olor. Su olor.
- ¿Cuántos mundos forman este mundo?
- ¿Dónde está la ciencia en la música?
- ¿Y la química?
- Si duele, será por algo.
- ¿Por qué?
- ¿Quién lo decidió?
- Así es mejor.
Andrés Navarrete 2010
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