miércoles, 15 de abril de 2020

Plenario y Nony Toro. La Hermo y el Coronavirus


Si hace 10 años alguien me hubiera hablado de Hermo, habría pensado en aquel Dios dueño de un rio de la actual Turquia, del que en la antigüedad y según la leyenda, cogió su nombre. Pero hoy en día, Hermo cambia de sentido y escuchar esa palabra significa trasladarse a Muimenta, una parroquia de Cospeito en Lugo, que perfectamente podría enlazar con historias de civilizaciones antiguas, ya que en este conocido lugar, hace dos mil años que se habían instalado los más ilustres de los romanos del momento. Y todo hay que decirlo, ilustres y muy documentados para la época, ya que el territorio que nos ocupa no se encontraba muy cerca de la Vía romana que unía la actual Braga con Astorga y que atravesaba buena parte de Galicia. Así que allí, estarían más tranquilitos.
Hermo abrió en 1975 y debieron ser los Beatles los únicos que no pasaron por su escenario, entre otras cosas porque en ese año los cuatro de Liverpool ya habían pasado a la historia. Mil metros cuadrados destinados a la fiesta, convirtieron Muimenta en el centro de la movida gallega. Una sala de fiestas donde además de bailar y beber hasta la salida del sol, podrías ser agraciado con un coche o un montón de dinero en cualquiera de los sorteos que los gestores de aquel momento hacían periódicamente.
Pero dejemos la historia para la gente culta y situémonos en noviembre del año pasado. Un noviembre del que parece que ha pasado mucho tiempo ya que los españoles y por culpa de no se sabe todavía quien, hemos cambiado de forma de vida y ahora lo hacemos encerrados en nuestras casas como si ahí fuera hubiera un monstruo que se come todo lo que ve. Un noviembre que está ahí, si bien en el pasado, pero en un pasado muy cercano todavía.
Ese mes de noviembre y después de casi medio siglo de su primera apertura, La Discoteca Hermo, volvió a abrir sus puertas con el mismo compromiso que durante décadas había adquirido con quizás millones de personas que por allí habían pasado a lo largo de su historia. Con sus puertas abiertas, solo nos queda escribir un nombre, un extraño nombre de un más todavía raro espécimen de ser humano, así descrito por ser valga la redundancia, único en su especie. ¿Pero qué especie? Eso digo yo. ¿Qué especie? Plenario.
Plenario Veiga es el nuevo gerente de La Hermo de Muimenta. Es el que abre esta mítica sala para compaginarla con su otro negocio, que no es otro que el Tibor de Meira. Una de las primeras cosas que Luis me regaló cuando llegué a Galicia fue una sudadera negra sobre la que se dibujaba una mano blanca, con eso quiero decir que yo también tengo una sudadera del Tibor que ha ido conmigo a muchos sitios.
¡Plenario me cae bien! Lo de raro y extraño espécimen, era una pequeña broma para describir a un gran, no solo por el tamaño hombre de negocios, carismático hasta el punto de ser posiblemente ese Gran Jefe que todo el mundo conoce, saluda y hasta abraza, quiere conocer, saludar y hasta abrazar. Un millón de veces más sensible de lo que quiere dar a entender y capaz de sacrificar ciertos vicios por el bienestar de los demás. ¡Un gran hijo!
¿Pero por qué digo todo esto? Abrir una sala de fiestas con un aforo para dos mil personas no es un proyecto que cualquiera sea capaz hoy en día entender. Si bien es cierto que Hermo es un nombre que ofrece garantías, siempre cuesta levantar inversiones y más cuando el destino te juega una mala pasada que en forma de Coronavirus, hace que muchos sueños dejen de materializarse y que con la mayor de las paciencias lo único que nos quede, sea ese optimismo intrínseco solo a algunas personas que nos dice que todo va a salir de cine. ¡Ese es Plenario!
Plenario se ha juntado con Nony Toro en un programa de radio a través del cual, nos cuenta cosas de esas ilusiones con las que hoy en día imaginamos un maravilloso futuro en el que participaremos con él en el continuar de la Hermo, ese templo que alguien inventó un día y que volverá a vivir la Gloria. ¡Te lo mereces!
Así que solo queda dejar el link donde poder escuchar al Sr. Veiga  agradecer que siga existiendo gente como él. Gente que apuesta por vivir, pero cuidado que os tiene a todos engañados, vivir con el control total de la situación. ¡A mí no me engaña!
Juanan







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