viernes, 25 de abril de 2014

Para los Envidiosos

La envidia es un estado enfermizo en el que ahonda la propia inferioridad de un ser que, burlándose de si mismo destruye su  propia capacidad de gozar.


Pocos son los que han sabido definir la patología del envidioso. La Iglesia sin ir más lejos nos propone a un envidioso Satanás transformado en monstruo marino para como no, sucumbir ante el poder de Dios. 
Dante Alighieri se equivocó al tratar la envidia como deseo de posesión. La envidia es la patología que genera la comprensión del bien ajeno ante los ojos del enfermo. El posesivo es el celoso que añora lo que los demás tienen y sufre en su interior en la lucha por conseguirlo.
La envidia es la característica que habilita al medrador como un ser detestable que transgrede las formas del comportamiento. Claro ejemplo es el entorno político y los políticos en si mismo como un tipo de gestores de envidia que fuera de legalidad jurídica y moral operan en el arte de medrar.
La envidia como patología genera fracaso. Solo la mente de un perdedor como Joly podría dejar un manual sobre el arte de medrar. Fracasado político y torpe abogado, Maurice supo fantasear y hasta fue plagiado como envidioso profesional en su parte más racista. El envidioso desde su moralidad es peón en la lucha contra la igualdad.
El hambre que improvisa el alma congestionada. La cuna de infinitos males, carcoma de la virtud y el mayor indicio de la transformación del ser humano carente de envidia innata, son descripciones que la historia deja al contemporáneo.
¿Qué es la envidia, si no la falta de confianza en uno mismo? ¿Cuánto cerca viven la envidia y los celos? ¿Enemiga de los afortunados?
Cuando la inteligencia es envidiada se alza insultante sobre la perversión del enfermo y pobre necio.

3 comentarios:

  1. Joly era un satírico que atacaba al Imperio de Napoleón III. Comparable a José Ingenieros y su "hombre mediocre". No comparto tu opinión. El Arte de Medrar lo escribe Joly en la cárcel, donde estaba por haber escrito otro texto brillante, Diálogo de Maquiavelo y Montesquieu en los Infiernos. Cuando un dictador encarcela a un escritor por haber escrito un libro, lo menos que tengo que decir es que ese autor es un mediocre o un envidioso. El Arte de Medrar es una sátira y lo que se afirma allí es repudiado por el autor, que parece defender una postura para atacarla. Tienes razón que Joly fue plagiado por un ruso miserable, autor de los Protocolos de Sion, pero tuvo que modificar el libro hasta volver una afirmación positiva lo que en Joly es una sátira de la dictadura de Napoleón III. No olvides que en el libro de Joly dialogan dos muertos en los infiernos, Montesquieu y Maquiavelo. El error de la edición reciente del Arte de Medrar es que es presentado como un manual para trepadores en un sentido positivo, como si Joly hubiese escrito una suerte de libro de auto ayuda, cuando en realidad solo escribió una sátira.

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