Mi buen amigo Balsalobre me ha permitido hacer promoción de mi primer libro (y espero que no el último) "La banca culpable", que evidentemente trata de bancos y culpas. Sin embargo, promocionar lo que uno hace roza la soberbia, así que os dejo este enlace para descargar gratuitamente el inicio de la obra y valorar si os puede interesar adquirirla o no. No le dedico más líneas a la promoción, vayamos ahora a la realidad bancaria española que nos ha tocado vivir.
Tenemos un sistema hipotecario de los años 40, que nuestros distintos gobiernos han ido dejando sin tocar, permitiendo con su desidia, ignorancia u obediencia al poder bancario, que el drama social de los desahucios actuales se produzca en su total apogeo.
Los bancos y sus sucursales, transformadas en tiendas financieras de todo a cien (por cien de tasación, si se me permite el humor barato), han concedido préstamos hipotecarios de forma totalmente irresponsable, incumpliendo los mínimos requisitos de análisis de riesgo exigibles a un bonus argentarius, responsabilidad jurídica que se le debe reclamar a un banco. Lejos de responder de su irresponsabilidad, aprovechan un sistema de ejecución hipotecaria abusivo para dejar a familias en la calle, apropiarse de sus viviendas por un 60% de la tasación que ellos encargaron y exigir las costas judiciales e intereses de demora (abusivos) a los ejecutados (nunca mejor dicho), expulsando a buenas personas de su hogar y del sistema económico de por vida.
Ha tenido que ser el Tribunal de Justicia Europeo el que dicte que nuestra Ley de Enjuiciamiento Civil contraviene la normativa comunitaria en materia de cláusulas abusivas, para que algo se mueva en España. Y si la presión social, pacífica pero contundente, no continua, la casta política acabará modificando ligeramente la normativa hipotecaria, en lugar de modernizarla como se merecería un país democrático en en que cada día estoy más convencido que no vivimos.
Las modificaciones deberían ir por el camino de instrumentar una vía concursal específica para las familias hipotecadas de buena fe para adquirir su primera vivienda, que permitiera al Juez aplicar una serie de medidas tendentes a reconducir la situación o, en último extremo, minimizar las pérdidas. Entre estas medidas deberían estar:
- La carencia de capital durante varios años.
- La bonificación de los intereses.
- La restricción de los intereses de demora y la eliminación retroactiva de todas las cláusulas abusivas.
- Quitas del capital pendiente.
- Dación en pago y alquileres sociales en la propia vivienda del ejecutado, según cada caso y si no hay forma de evitar esta situación.
Todas estas medidas son perfectamente aplicables si se legisla bien y no provocaran el fin del mundo hipotecario que pregonan los voceros de la banca. Me temo, sin embargo, que el legislador no tiene la más mínima intención de introducir estas reformas en nuestro ordenamiento jurídico. Será el pueblo, verdadero poder soberano, el que deberá presionar a sus políticos. Y, desde luego, tener en cuenta su conducta a la hora de votar. Si volvemos a votar a los que no obedecen al pueblo, entonces no ns quejemos, tendremos lo que nos merecemos.
PD: se me puede tachar de muchas cosas, pero no de revolucionario antisistema (por desgracia, seguramente).
Creo que mis clases te han venido bien. Seguirás creciendo a mi lado. Es un verdadero placer, en serio. Eres un tío grande.
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