Tonto, imbécil, bobo, estúpido, idiota,
majadero, memo, mentecato, necio, corto, tardo, torpe, retrasado, tarado, demente y desequilibrado entre otros, son
adjetivos del rico idioma español, que se usan cuando nos queremos referir
a alguien con una inteligencia escasa o torpe en su conducta. A partir de ahora
y por si todavía hay alguien que no se aclara, solo tiene que mirar al alcalde
de Blanes, para saber de qué estamos hablando.
¿Alguno
de los presentes entiende que alguien que maneja un presupuesto importante de
todos los españoles, defienda un referéndum
independentista, diciendo a su vez que es ilegal?
El alcalde de Blanes, Miquel Lupiáñez, apuesta por el
referéndum sobre la independencia de Cataluña que el fundamentalismo catalán
tiene anunciado para el próximo 1 de octubre. Argumentando que irá a votar, no pondrá
el ayuntamiento a disposición de la Generalitat para llevar a cabo la votación,
ya que considera, que la institución está por encima de las opciones
personales. ¿Contradicción?
No me gustaría ser la pareja de dicho elemento, ya que
su discurso está basado en un cantar clásico que decía: “Se puede querer a tres
personas a la vez y no estar loco”. ¿Infiel por naturaleza? ¿Tendrá su propia
Lewinsky?
Pero mucho peor es la idea que este paleto de tres al
cuarto, el mayor energúmeno desde
Guadalajara hasta Viena, tiene del patriotismo y de los españoles. Este perro
de ojos verdes y pestañas postizas, ha relacionado la según él adelantada
Dinamarca al Magreb como si de Cataluña a España se tratara.
Este independentista de mierda, ha expuesto que, en un
referéndum ilegal, en caso de que gane el SI, se tendría que atender la
petición de los catalanes a ser únicos y negociar la separación de
España.
Según este charnego electricista, “Cataluña se mueve
más por espíritus de construcción, de avanzar, de esfuerzo, de responsabilidad
y de compromiso que el resto de España”. Y además opina que "No es que el
resto del mundo no exista. Pero aquí los parámetros son básicamente estos.
Responsabilidad, compromiso, avanzar, premiar el esfuerzo". ¡Menudo
impresentable!
Lo mejor de todo, es que este paleto de turno ha
nacido en Granada. ¡Hay que ser catalán!
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