¡Otro atentado más! Más muertos en nuestras filas y ceguera en la sociedad. El mundo no va bien y la gran mayoría de los habitantes del mismo, no están capacitados para entender que es lo que pasa en el entorno que les rodea, ni tienen a su vista, pistas o informes a través de los cuales fuera posible se hicieran una idea. ¡No tienen la culpa!
¿Quiere decir esto, que la sociedad esta plagada de borregos? La respuesta es no. Pero por otra parte, ese desconocimiento explica varias cosas. Una de ellas es el auge de radicales partidos de izquierda que están ahí por que se les vota. En relación a esto hay que decir, que los que representan esa radicalización, el independentismo y el odio, no han condenado los asesinatos del Parlamento Británico. Si a quien dice representarnos, no le preocupan o directamente les da igual que se produzcan atentados terroristas, entiendo que haberles dado nuestro voto, implica sentir de la misma manera. De esto, ¡ Si tienen la culpa!
Alguien coge un vehículo cualquiera y arrolla a la gente que camina por la calle. Individuos con AK-47 en la mano, entran en cualquier sitio llevándose por delante a cualquiera que se encuentren por delante. Cuchillo en mano, alguien ataca a gente indefensa en un acto de terror sin sentido. Bombas. Y así sucesivamente y paso a paso, el islamismo nos declara día tras día una guerra abierta, en la que estamos inmersos sin llegar a reconocerlo.
Quizás tengamos más culpa de lo que queremos pensar. Los tiempos cambian y los dirigentes tienen que cambiar con ellos y ser otros. Ideas nuevas y fuerza para entender que la sociedad necesita defenderse del terror. Es necesaria la automática y sistemática desaparición de las izquierdas radicales, dictatoriales, xenófobas y machistas, que atentan permanentemente contra el estado de derecho y son una amenaza para cualquier sociedad moderna.
El musulmán nos seguirá matando y ha llegado el momento en el que a la gente que nos consideramos de bien, le da igual que ese tipo de individuos, venga de un sitio o de otro y vamos a terminar por ser tan radicales como ellos y empezar a pedir la defensa de nuestros derechos, lo que de alguna manera no estaría bien planteado.
No quiero refugiados, no quiero gente de podemos ni extraños colectivos que ni pintan ni sirven de nada en la sociedad actual. Solo pido que no maten a los míos y que nos dejen vivir en paz. Lo que entiendo, es lo mínimo que podemos desear en el momento actual.
¿Quién nos está matando?
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