viernes, 4 de abril de 2014

Esperanza Aguirre. Acoso y Secuestro

La sociedad está constantemente sometida a la evolución que, de forma sistemática, impone su propia idiosincrasia. Tomando como ejemplo la rapidez de propagación de los sucesos en el entorno, nos encontramos con un abismo diferencial entre los procesos con los que las masas eran informadas de los hechos ocurridos en un ayer ya lejano, en comparación con el bombardeo permanente que, por norma general para bien de todos, sufrimos en base a lo que pasa en estos días.

Hace veinticinco siglos que Filípides recorrió la distancia que separa Atenas de Esparta para pedir refuerzos. El mal momento de este suceso supuso la muerte en vano del soldado griego después de tan conmemorada hazaña. Hay que recordar que el Barón de Coubertin inauguró los juegos de Atenas de 1896 con la prueba de Maratón.

Herodoto, ese gran cuentista y manipulador que podría ser considerado el primer periodista de la historia, manipuló Las Guerras Médicas de tal manera y con tanto arte que ni Tucídides en su tiempo ni el propio Plutarco siglos posteriores fueron capaces de desmentir lo que ya había quedado en Leyenda.

La Condesa de Bornos fue ayer víctima de un inconcebible atropello por parte de los agentes de movilidad de Madrid. La prensa de hoy pone en duda la integridad y el civismo de Esperanza Aguirre por el simple hecho de arrollar con su vehículo a un policía después de ser detenida y multada por aparcar en doble fila. Aberrante por si sola es la información que leemos en relación a la Presidenta del PP, tratada de delincuente cuando lo primero que hizo fue señalizar con las luces de emergencia su vehículo antes de abandonarlo en plena calle.

¿Darse a la fuga? Después de las molestias que la autoridad ocasionó a la Condesa, ¿pretendían que se quedara en La Plaza del Callao a vivir? ¿En territorio de Tomás Gómez Franco? ¿Y sin haber bebido? Creo que estos agentes no hicieron bien su trabajo y deberán rendir cuentas ante la justicia. Los hechos podrían ser constitutivos de un delito de acoso, secuestro y, sobre todo, desobediencia a la autoridad. Teniendo en cuenta que un simple secuestrillo de mierda conlleva una pena de entre cuatro y seis años de cárcel, creo que alguno debe de empezar a preocuparse.


Maratón y Esperanza Aguirre. Dos noticias separadas por milenios y manipuladas igualmente por los medios. ¡Qué vergüenza!


No hay comentarios:

Publicar un comentario