Profesionales como la copa de un pino. De lo mejor que nos podemos echar a la cara y un ejemplo a seguir como planteamiento de cara al trabajo. Acompañados de un halo de ironía y falsa eficiencia, van dejando a su paso sentimientos en los que prevalece una desorientación que forma parte del primer objetivo de su trabajo.
Gestionar conflictos es fácil. Tras muchos años de historia hemos aprendido que solo hay una manera de convencer. Una premisa que emerge sobre todas y una base sobre lo que trabajar.
Imaginemos el siguiente escenario.
Un mediador se interpone entre dos supuestos enemigos. Este mediador acaba convertirse en el interlocutor al que los dos se tienen que dirigir para transmitir su mensaje. Este mediador, por lo general un ente sin principios, caradura y hábil en el manejo de relaciones sociales es el único amigo común a las dos partes. Objetivo.
El objetivo es conseguir que cada una de las partes diga, aun sin creer en ello, lo que el mediador obliga. Eso si, pensando que esa idea es propia y que el mediador es un simple traslado logístico de ese deseo. Engaño.
Se acabo el conflicto. El mediador ha sabido buscar el punto de inflexión donde cada uno de los enfrentados se encuentra cómodo. Sin dar su brazo a torcer y tras ese falso velo, las dos partes en conflicto han ganado.
A modo de lobby, manipuladores que emergen tras la D.O. Comisión Internacional, llevan viviendo del cuento muchos años y al igual que mercenarios y alternando la cabeza visible, se mueven de un lugar a otro dejando actuaciones que solo repercuten para que las cosas se queden un poquito peor. Estafa.
Con menos escrúpulos que cualquier Gurkha de su momento, solo por dinero, sin importarles quien soporte el resultado y a modo de operativos soldados de fortuna que bien servirían a legales y necesarias empresas como Blackwater, este tipo de Comisiones NO VIOLENCIA, me parecen como he dicho anteriormente el atajo de caraduras más importante que existe en estos momentos sobre la faz de la tierra.
Cobran por su trabajo pero nadie sabe de donde lo hacen. Llegan y se van sin ser vistos ni oídos pero son los amos de los fondos de reptiles que manejan y pagan desde las cloacas las gestiones gubernamentales.
Para que luego alguien me argumente que los Grupos Antiterroristas soportados económicamente por los gobiernos son un error.
¿Somos capaces de entender lo que este texto está contando?
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