Organización, trabajo y un servicio permanente que, durante las veinticuatro horas del día, cubría las necesidades de la gente más necesitada y con menos recursos de Madrid. Abrir la puerta de su comercio y encontrar lo buscado era una sola cosa. Fácil y de la manera más rápida posible, Los Kikos eran capaces de poner a disposición de su clientela, la demanda requerida.
Sin reparar en gastos de constitución, con todas las indicaciones posible y cartelería por doquier
que incluso advertía de los peligros de la pandemia que asola el mundo, a través de información
sobre distancias de seguridad y uso de mascarillas, la tienda de droga más importante
de Europa cerró en el día de hoy, en una consecuencia derivada de una actuación
policial que ha dejado a más de doscientas personas sin su dosis diaria.
Una organización eficiente y capaz, jerarquizada y multirracial,
que lejos del racismo y abogando por la igualdad, contaba entre sus trabajadores
con personal de todas las edades y de varias nacionalidades.
Mañana La Cañada Real amanecerá triste y sus habitantes se
preguntarán del porqué de este tipo de operaciones que por orden judicial deja
en el paro a un montón de empleados que hasta ese momento se ganaban el sueldo. Ilegal, cierto. Pero como consecuencia, un sueldo.
Sin turnos concretos y con mucho sacrificio, Los Kikos
sacaban adelante su negocio. Un negocio de venta de droga que desde un
planteamiento moderno y con mucho esfuerzo facturaba y daba de comer a unas
cuantas familias. Sin expedientes de regulación temporal, sin despidos y a base
de horas y horas, Los Kikos progresaban como cualquier familia en un negocio
que sabían llevar, que conocían y sabían hacer. ¡Buena gente!
Los sucesores de Los Gordos, famosos por los conocidos
reportajes de sus siempre merecidas vacaciones en Oropesa del Mar, han
quebrado. ¡Una lástima!
Cada día estoy más convencido de que no todos somos iguales y quizás ha llegado el momento de pensar en relacionarme solo con la élite. La élite que representa esa panda de irresponsables locos y geniales a los que todo, absolutamente todo les sale bien. ¡Iré de visita a la cárcel próximamente! ¡Vivan Los Tiesos!
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