Cada día entiendo menos las políticas que en asuntos exteriores se llevan a cabo desde el gobierno de mi país.
Hace varios días que nuestro vecino empezó una guerra contra el integrismo islámico en Mali y me pregunto qué significa que España, apoye la operación francesa en esa zona del África Occidental. ¿Por qué mi país no está tramitando de forma pública, y con carácter de urgencia, el envío de tropas a Bamako o a Uagadudú?
Permanentemente amenazados desde el fundamentalismo islámico, parece que se nos han olvidado los atentados de los días 11 de septiembre, marzo y julio en Nueva York, Madrid y Londres.
Hace pocos días, y con 35 años, el sargento David López Uréña murió en territorio afgano cerrando así la centena de víctimas que han dejado para siempre familias sumidas en un infinito e innecesario dolor.
¿Qué significa apoyar logísticamente al ejercito maliense con operaciones militares? ¿El Gobierno hace lo imposible para garantizar la seguridad de los ciudadanos españoles? ¿Qué es hacer lo imposible?
Señor García Margallo. El modelo europeo de bienestar que tanto defiende usted, y que le ha valido un reconocimiento, nada tiene que ver con las decisiones de obligado cumplimiento que debe tomar para defender la integridad de todos y cada uno de los ciudadanos de este país. ¿Cuántos meses atrás hace que debería usted haber preparado la intervención en Mali? ¿Cuánto hace que la tiene informes inteligentes sobre la mesa, de la incluso fecha de intervención francesa?
España, junto con Francia, son los dos países que dentro del conjunto de Europa sufren un mayor riesgo en cuestiones terroristas desde el entorno del que estamos hablando. Desde el mal llamado salafismo como facción terrorista, se amenaza a la capital gala y eso significa que nuestro país es igualmente diana para cualquier muyahidín que se precie.
Es inconcebible y vergonzoso que Europa esté siendo defendida por los franceses, que les honra, teniendo el apoyo directo de tropas de os Estados de La Unión del África Occidental, -formado por países como Togo, Tanzania o Niger- y no tengamos los cojones suficientes para ser los primeros en poner a nuestro ejército y a nuestros especialistas en terrorismo, -los mejores del mundo-, al frente de la lucha contra una panda de mercenarios de tres al cuarto que no tenían otra cosa que hacer después de ser bien dados por el culo en Libia.
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