Un muerto y varios heridos son el balance del último atentado
producido en Europa. Otra vez en Lyón, el mismo sitio donde hace tres meses un
anónimo argelino de 24 años hacía explotar un artefacto casero, ocasionando
varios heridos.
Todavía recuerdo las felicitaciones de Castaner, Ministro de
Interior galo, en el que se ponía extremadamente sentimental hablando de la coordinación
entre policía y servicios secretos por haber detenido al autor del atentado
junto con su familia, a los pocos días del suceso.
El atentado de hoy ha sido diferente. Cuchillo en mano, un
afgano de 33 años ha matado a un joven de 19, dejando además una gran lista de
heridos. Es más que seguro que Christophe Castaner y la Sección antiterrorista
de la Fiscalía de París, vuelvan a felicitarse por los servicios prestados y
por la suerte de haber saldado los dos últimos atentados producidos en la
tercera ciudad más poblada de Francia, con un solo muerto. ¡Barato nos ha salido, pensarán!
En este sentido y dentro de lo que supone la permanente exposición
de la población a los mal llamados atentados yihadistas, Europa tiene dos
problemas.
El primero de ellos viene dado por la propia denominación de
los mismos, ya que el yihadismo como neologismo de occidente, se significa
cuando tenemos que determinar grupos organizados radicales y no al
también mal llamado lobo solitario, a quien no se le conoce contacto ni vínculo
alguno con estos grupos. Por tanto, ¡ni lobo, ni solitario!
El segundo de ellos, es la principal característica que
tienen en común los dos atentados de Lyon. En ambos, sus autores no tenían
antecedentes de ningún tipo ni estaban controlados por el ministro francés de
Interior a través de su flamante Subdirección Antiterrorista, la mejor
Dirección General de Seguridad Interna y su más maravillosa y profesional gente
que dirige la Policía Judicial. Es decir, sus Servicios Secretos y su policía
que a su vez se organizan desde la Fiscalía del Estado, en la capital.
¿Qué significa que el autor de un atentado no este archivado
en los sistemas europeos dedicados a la seguridad de nuestro territorio? Podría
significar dos cosas. La primera pasaría por deberse al trabajo mal hecho que
en muchas ocasiones es debido a las erróneas políticas que se realizan desde todos y
cada uno de los parlamentos del viejo continente, falta de recursos o simple carencia de profesionalidad.
Pero la segunda y más problemática por ser algo que
no tiene solución, es que los autores de la gran mayoría de los atentados de
este tipo son totalmente opacos y desconocidos hasta el día D.
Y poco más que decir. Solo hay que esperar al próximo asesinato esperando no ser uno mismo, seguir haciendo políticas sociales que fomentan estas cosas, después de abrir las fronteras sin control, que es lo que
verdaderamente se oculta detrás de toda la parafernalia que cuentan los
manipulados medios de comunicación. No se puede decir más claro, aunque sabría
escribirlo con menos palabras.
¡Resignación!
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