El independentismo catalán es sinónimo de terrorismo vasco y
para poder entender este planteamiento, que a bote pronto podría parecer
demasiado radical, solo tenemos que reflexionar sobre algunos hechos.
Uno de estos sucesos, es el atentado terrorista acontecido
el día 29 de mayo de 1991 en la antigua Casa Cuartel de la Guardia Civil de
Vic, situada en el número dos de la calle Andreu Ferbrer.
Más de doscientos kilos de amonal hicieron explosión dentro
de un vehículo que el Comando Barcelona había deslizado por la rampa que daba
al patio. Un patio en el que se encontraban jugando los hijos de los guardias
civiles allí destinados. Colindando con el cuartel, se encontraba el colegio
del Sagrado Corazón. A las siete de la tarde, momento de la explosión, se encontraban
en él unos sesenta niños que habían terminado con sus clases. El atentado mató
a diez personas y dejó casi sesenta heridos, entre los que se encontraba una
niña de ocho años a la que hubo que amputar la pierna.
Todo eso se consiguió con un explosivo de origen militar, el más barato existente, fácil de manejar y más dañino al alcance de cualquiera.
Amonal en su versión 67/22/11, la todavía más moderna y actual, con una
velocidad de detonación que supera los seis mil metros en su primer segundo.
Dicho esto, como algo necesario para centrar lo que
significa este atentado en particular, ya que la mayoría de la gente no piensa
en ninguno de ellos ni un solo día, ni recuerda jamás a ninguna víctima del
terrorismo vasco, hay que decir que los autores de esta masacre fueron tres.
Erezuma, miembro de ETA desde el final de la década de los
ochenta. Zubieta, sobre el que tengo dudas, según informes de interior podría
haber formado parte del Comando Nafarroa
y que por la Doctrina Parot se encuentra actualmente en libertad después de
haber pasado poco más de veinte años en prisión. Y por último y al que quiero dar mayor protagonismo,
el gracias a Dios difunto, Juan Carlos Monteagudo.
Monteagudo dejo el terrorismo catalán para convertirse en el
organizador del Comando Barcelona. Precursor de las nuevas ideas de la época,
que pasaban por atentar de la manera más cobarde posible contra los hijos y
familiares de la Guardia Civil que vivían en las Casa Cuartel de la época, iba
camino de convertirse en uno de los asesinos más sanguinarios que la organización terrorista
hubiera tenido nunca, equiparable a Inés del Rio, Troitiño o a su mismo
compañero de Comando, Zubieta.
Monteagudo es un héroe para los independentistas actuales,
un mito que los comités de defensa catalanes ponen como ejemplo de superación. En
realidad era un delincuente valenciano que después de formar parte de grupos
armados anarquistas, que usaban la excusa política para enriquecerse mediante
el atraco a bancos, tuvo que huir a Francia desde donde contactó con el
terrorismo catalán. Un valenciano listo y sin escrúpulos, que llegó a ser el principal dirigente
de Terra Lliure, hasta que en 1985 vendió a toda su cúpula, cuando esta planteaba dejar la lucha, volviendo a huir
para integrarse en ETA.
Un valenciano asesino de niños catalanes, héroe del movimiento
secesionista. ¡Chapó!
Por Dios! Y esto lo saben los catalanes de todos los colores?
ResponderEliminarPena me da.