El socialismo madrileño que representa Tomás Gómez, está atravesando los últimos días de vida y la militancia socialista se dispone a celebrar el ocaso de este profesional del engaño.
Hoy las cosas han cambiado y este absurdo clon que se mueve fuera de lo mediático con el fin de seguir siendo un desconocido para las masas, se ha desenmascarado y una vez más, da muestras de su falsa apariencia con un otra vez, “donde dije digo, digo Diego” y de esta manera:
IMPONE PRIMARIAS CERRADAS POR SER ESTA LA ÚNICA OPORTUNIDAD QUE TIENE DE BLINDAR SU CANDIDATURA.
Llego a sentir vergüenza ajena y aunque ya hace mucho tiempo que me alejé de del infame mundo que representa Gómez en Madrid, he de reconocer que todavía me asquea leer los titulares de los periódicos donde el mayor sicario político de todos los tiempos, sigue siendo protagonista de su propio egoísmo y nunca por su trabajo, el de ayudar a sus conciudadanos.
La militancia socialista es grandiosa en su mayoría y he de reconocer que siento pena cuando pienso en la cantidad de compañeros que se dejan la piel en ayudar a los demás sin esperar nada a cambio e incluso siendo engañados, difamados y pisoteados por ese personaje nacido fuera de nuestras fronteras, que vive fuera de la región que representa y sobre el que algunos seguiremos trabajando en común hasta que desaparezca totalmente de la política.
Creo que le debo algo a la militancia socialista y se lo voy a devolver. Con un poco de suerte y en el mismo proceso tenemos la convicción de que la desaparición de Tomás Gómez Franco, arrastrará a unos cuantos con él y será entonces cuando resucitará el socialismo en Madrid.
Mi mano está tendida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario