Cualquier banco nos da la posibilidad de perder dinero de manera fácil y sencilla. Eso y un charlatán que por las ondas nos dice lo que tenemos que hacer, pero que él no hace, números azules en nuestra cuenta y una clave nos habilitan para que, en menos que canta un gallo, dejemos que nuestro dinero se escape de manera rápida pero visible hacía un lugar que todavía no sabemos dónde está. Nos acabamos de convertir en brokers.
Alguien ajeno y profano al mundo financiero podría describir así el sistema que hay montado para que los pequeños ahorradores hagan fluir su capital a las arcas de los especuladores profesionales. Por otra parte, y si dispusiéramos de una buena formación, todos podríamos ser especuladores y vivir sin excesivos riesgos y pocos disgustos.
Nuestro sistema, una forma de entender los mercados, algunas pérdidas en operaciones fallidas y paciencia, nos harán desarrollar un mecanismo propio para generar nuestras alegrías si éstas en cuestión nos vienen dadas por la llegada de capital a la cuenta de valores.
No voy a dar ningún consejo pero sí voy a contar lo que yo no hago para conseguir que prácticamente todas y cada una de las últimas trescientas operaciones de compra-venta de valores que tengo en mi haber, se hayan saldado con un incremento de mi escaso patrimonio.
Lo que nunca hago es estudiar los mercados financieros. ¿Para qué? Existen miles y miles de profesionales que ya lo hacen por mí y emiten a diario sus informes. Por tanto, lo primero es saber dónde leer, qué leer y mucho más importante, interpretar lo que nos están contando. Normalmente no es lo que parece.
Diversificación. En contra de la norma general y la creencia popular que nos parece querer demostrar que con esta técnica estamos protegidos, yo NUNCA diversifico. Me centro en un valor y muy rara vez y, en ocasiones contadas y justificadas, me salgo de esa norma. Este valor puede ir cambiando en función de los tiempos que corren y así cuando antes entrábamos y salíamos de Terras, Sogecables o jugábamos a curar el cáncer con Laboratorios Pharma Mar, hoy nos sirve perfectamente la volatilidad de los Santander y BBVA. ¿Estaremos más seguros?
Vivo en sociedad permanente con una de las más grandes entidades bancarias de Europa. BNP Pariba me narra a diario y con exactitud la tendencia del mercado a medio y largo plazo. Eso solo me sirve para quedarme líquido por épocas a la espera de que mi particular índice de riesgo esté a ras de suelo.
31 de mayo de 2013, 10 A.M. IBEX en 8335 y los inteligentes franceses – ya demostró Sarkozy que lo son cuando se casó con Carla Bruni – seguro que me ofrecen una inversión donde mi rentabilidad sería del tantísimos por cien si este índice no toca el 4000 en un determinado plazo al que me tengo que amoldar.
Cuando el neonato mira esa oferta, lo piensa y dice: ¿Cómo va a perder el IBEX más el 50 % de su valor en este plazo? Tenga usted claro que la mayoría de las veces lo hará y conseguirán dos cosas. La primera, quedarse con nuestro dinero y la segunda que nosotros nos quedemos con cara de tonto. Posteriormente no se preocupe porque le darán la opción de recuperarlo en la tendencia alcista. ¿Tenemos ganas de dar alegrías a los franceses?
Por último y, para terminar, voy a contar un secreto. Ninguno de los analistas financieros más famosos se ha hecho rico por invertir su dinero en base a los consejos que dan. Ahora bien, muchos de ellos sí han incrementado su riqueza haciendo lo contrario de lo que nos dicen que hagamos. Y, sobre todo, que ellos ganen el último euro y fijémonos un poquito más en Carla Bruni.
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