viernes, 19 de abril de 2013

Eduardo Madina Vs Ídolos de Barro



Dentro de la revolución social y política que está por venir, y siendo la sociedad española consciente de que hay que cambiar tendencias e ideas que modifiquen las formas de comportamiento en todos los estratos, debemos también tener la capacidad de entender que estamos dentro de un contexto motivado por un conjunto de circunstancias diferentes a las vividas por los ciudadanos griegos, italianos o portugueses.

La sociedad demanda un cambio en el ámbito político. Estamos esperando gente joven con renovadoras ideas acordes a la realidad que sepan dar soluciones a los problemas del día a día. La velocidad con que parece que reclamamos ese cambio a modo de protesta, que hace las veces de ruego social, puede llegar a confundirnos y a meternos en un significativo y profundo caos del que solo podríamos salir en forma de revolución con consecuencias.

Lo que está pasando no es el error que supondría una revolución deseada por muchos, sino una petición de cambio y una súplica que, desde el pueblo, exige una vocación que ya no existe en gran parte del grupo político.

Ídolos de Barro

Hemos llegado al momento en que cualquiera es capaz de opinar desde el más absoluto desconocimiento de cualquier tema y generar dos mil visitas en un blog o cientos de comentarios en cualquier absurda red social. Atónito sufro el cansancio matutino que argumentan compañeros y amigos que me hacen gráfico su desayuno.

A modo de ejemplo y, como suceso simpático, la compañera Olvido Hormigos ha sabido usar su libertad y aprovechar su anterior puesto para convertirse en un ídolo de culto para los que no cumplen los sesenta y cinco. Existen ídolos incluso imaginarios que no tienen nada más que el valor del instante. La televisión, las redes sociales y otros medios de comunicación masivos  nos prometen hoy carcajadas, que darán paso a una penosa e implacable impotencia, prueba de la desvirtuada sociedad a la que estamos contribuyendo todos.

Eduardo Madina

En mi opinión, y lejos de ser un ídolo de masas, tiene más carisma y virtudes que todo lo demás junto. Lo que más me intriga es la fuerza con la que defienden su miedo los inferiores cercanos. Visibles por ejemplo, en el sector que me rodea en Madrid, son las críticas por las críticas, sin argumento alguno más allá que el hecho de ser parte o parecer ser afín a un entorno opuesto al manipulado aparato madrileño. Entorno que es el actualmente el del elegido por los socialistas, aunque no tenga contentos a los irrespetuosos y siempre minoritarios que se identifican en grupos que alcanzan éxito en entornos más cerrados y maleables que utilizan mediocres y expuestos ídolos de barro.

Eduardo Madina es suficiente por sí solo. Es joven, no es propiamente un técnico de la política y ha vivido situaciones que le hacen humano. Sabe lo que es llorar, sufrir y, sobre todo, luchar por lo que uno cree. Esas condiciones junto a su preparación y a los apoyos que tendrá le harán ser posiblemente el líder de los socialistas.

Alfredo Pérez Rubalcaba 

Añadir, por si alguien no ha sido capaz de leer entre líneas que estoy posicionado en todo momento con el actual secretario general y que estoy plenamente satisfecho con su labor al frente de esta institución política. El día que tenga que dar un paso atrás, lo único que me quedará será agradecer lo que ha hecho por el partido.




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