''Estoy firmemente convencido de que
España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí
mismo y todavía no lo ha conseguido''.
Otto Von Bismarck
Y al final, lo conseguiremos.
Lo sabía. Sabía que había
una relación muy personal entre el cabeza cuadrada que dijo aquello a
principios del siglo XIX y nuestro Napoleón. El Gran Paquiro no fue capaz de
enamorar a su coetáneo Bismarck con su arte. Es más, lejos de tal cosa, el
burócrata alemán al que acompañaba una manifiesta prepotencia –leer al
sobredotado– hasta en el andar, no era ni mucho menos un enamorado de
España. Caso diferente es el de su descendencia, la que podríamos englobar
dentro de un tipo de clase `no obrera` – véase la menos dotada Gunila-.
Pero lo que hoy me llama la atención, es
la relación entre dos personajes. Uno de ellos, el histórico militar alemán que
anteponía a los perros por encima de las personas para cascarse alguna frase
también a su vez histórica y el que fuera Director General de Trabajo y
Seguridad Social de la Junta de Andalucía durante
nueve años, Francisco Javier Guerrero. Actualmente un preso y estafador también histórico.
La hay, de eso estoy seguro. Pero ahora
mismo no la recuerdo. ¿Tendrá que ver con la corrupción? ¿Quizás con las
serpientes? ¿Alguien me puede ayudar?
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