¿Los últimos días en política de Gabriel Mato?

“Rubalcaba es el menos adecuado para hablar de nada de esto, sobre todo cuando vemos su trayectoria de hace muchos años en todos los ámbitos; y no sólo de contabilidades sino de otras muchas cosas, y me estoy refiriendo a atentados y otras cuestiones”

El hermanísimo eurodiputado Gabriel Mato ha demostrado una incultura política bastante preocupante. Solo un inepto, inexperto e inútil personaje sin criterio, podría haber manifestado una acusación como la que ha hecho.

Quiero creer que, a veces, la sangre tira y tira hasta en ocasiones cegar. Y creo que deberíamos atribuir las palabras del abogado a un mal momento.

¿Atentados? Dicho así parece que el señor Mato entendiera que los Zougam, Gnanoui y Trashorras, entre otros, no son los culpables del asesinato de casi doscientas personas el día 11 de marzo de 2004 en Madrid.

Esa afirmación hay que tratarla de “confusión” y pensar que, por torpe que fuere el hermano de la Ministra, y por lejos que estuviera de los principios de igualdad que defiende la izquierda, seguiría siendo una aberración no distinguir entre Secretario General del Partido Socialista y un miembro de otra organización, en este caso terrorista, paramilitar y yihadista, nutrida de mercenarios, que se financia con el narcotráfico y que representa todos los cimientos del terrorismo internacional.

Por tanto y como esa sentencia, mucho me temo que no habrá sentado bien entre sus congéneres, o por lo menos ninguno de ellos será capaz de refutarla, y como además creo que Gabriel no tiene entre sus virtudes la capacidad de rectificar, entiendo que hay que obviar el desafortunado comentario y zanjar el tema.

En pocos días, este eurodiputado podría ser destituido de su cargo. Pero lo importante es que no se puede jugar con las víctimas del terrorismo y mucho menos pretender sacar beneficio político de aquel fatídico día. Hay fechas que unen a los ciudadanos, independientemente del color de sus camisetas. Solo los excesivamente lelos usan cosas así para llamar la atención.