Hace miles de años
el hombre tenía suficiente con sobrevivir hasta el día
siguiente. Poco a poco la evolución le enseñó
que podía sacar algo positivo de sus por entonces enemigos,
los animales salvajes. Generación tras generación el
ser humano empezó a comer su carne y a vestirse con sus
pieles. De esta manera entendemos que aquellas fieras bestias que
antaño eran un peligro, posteriormente se convirtieron en sus
mejores aliados.
Jenofonte tenía un
discurso sobre los enemigos y sus alianzas.
El agricultor que
aprovechaba los arboles que no daban frutos y el agua del mar es un
medio que nos lleva a todas partes aunque no se pueda beber.
Cuando el hombre dominó
el fuego,se proporcionó luz y calor y se pudo defender de los
animales...
“Más tarde,
llorarás por tus barbas si osas besar el fuego. Prometeo”
Históricamente,
grandes personajes hicieron de su exilio su patria y del trabajo su
entrenamiento.
Por tanto y homenajeando
la obra de Plutarco más que al propio moralista. Escribiremos
sobre la inteligencia que hay que desarrollar para aprovechar a
nuestros enemigos, recordando algunos hechos por todos conocidos.
“Tu me echas en cara
una desgracia humana, cuando llevas a tus espaldas una desgracia
divina” Así contestó León el Bizantino a
un jorobado que se burló de su ceguera.
Lo único que
suplanta la carencia en la palabra de un amigo de verdad, es la
crítica del peor de nuestro enemigos.
Cansado Télefo de
no encontrar médico que su tumor curara, aquel en un costado
tenía, lo ofreció a la espada enemiga.
Esta golpeó con
fuerza el tumor, reventándolo y así salvando la vida
del griego.
... para que no
empecemos a tener diferencias con los amigos, al estar privados
completamente de enemigos... Aconsejaba un político de
nombre Onomadémos que se hallaba en Quíos después
de una revuelta y en la parte vencedora.
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