Gaspar y Willy, dos ceros a la izquierda.

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Mis antepasados siempre han estado situados a babor. Los Balsalobre y los Alcalde han sido torturados, exiliados y fusilados en el franquismo. Expulsados a Venezuela por Perón y encarcelados en Chile. No tengo duda de mis orígenes. Fotos de Don José con Don Santiago. Cartas de Dolores y documentos que datan sentencias de cárcel. Ojos que asustan y siempre un traje de oficial republicano tras el humo de un cigarro, me recuerdan cada día de donde vengo y a que lucha debo mi bienestar.

A las ocho menos veinte del día de ayer, tenía un hueco en la peluquería para renovar la imagen del pequeño de mis hijos que todavía no ha cumplido los doce años. Llegamos allí y entre una divertida conversación con el estilista, fanático colchonero, y la visualización de las únicas y necesarias páginas que nos interesaban de un interviú, se justificaron los siete euros.

Mucho tráfico de personas por la calle. Tarde de sol, es sinónimo de tarde de parque. La gente portaba bolsas a la salida del supermercado de al lado y otros esperaban el autobús. Ese al que llaman, circular. En el sitio donde se reúnen los mayores, había una discusión, que orientaba sobre una partida de cartas en el pasado más inmediato.

Abuelos y madres, hijos, hermanos, amigos y en definitiva decenas y decenas de personas en las que ayer me fijaba con especial miramiento, engrasaban la funcional sociedad. Un microgaia donde cada cosa esta en su sitio. Un estado de paz.

Nunca he tenido especial atracción por Gaspar Llamazares. Pero tampoco he sentido animadversión y a lo más que he llegado es a obviarlo en el sentido del aburrimiento que me produce. Gaspar tiene sus ideas y yo las mías, pero no entiendo como un político en campaña electoral puede ser tan ineficaz, incompetente y torpe. Creo que ha dejado de ser nulo y desde sus últimas intervenciones hay que considerarlo como negativo.

Izquierda Unida tiene una única función. La de guardamuebles. Recoge el voto que perdemos, diferente al que nos ganan, de cierto sector socialista y lo aparca por una o dos legislaturas, evitando que esa decisión se sume a las demás ofrendas que recibe la derecha. Le damos las gracias y son retribuidos por su trabajo. Hoy, pienso que esta función no es lo suficientemente importante, comparado con aguantar a un señor con nombre de rey mago que deambule por los pasillos del congreso, apuntando en su iphone todas las incongruencias que se le ocurren, para luego soltárselas a Zapatero en el momento que le tiene delante.

Si a esto unimos el juicio que procesa Willy Meyer en sus declaraciones, donde desconceptúa la defensa que hacen los gobiernos de sus ciudadanos. Donde califica la operación como “un salto atrás sin precedentes en la civilización”, comparando a la marina estadounidense con cualquier cédula terrorista. Incidiendo en que la intervención y el asesinato de Bin Laden impedirá el avance democrático, así como el desarme a nivel internacional y en definitiva y como conjunto, titulando el desenlace como terrorismo de estado, nos damos cuenta del porqué del momento actual de este partido de la izquierda.

Nací un 22 de mayo de 1968 y a los pocos años mi abuelo me contaba historias. Enrollado el “Mundo Obrero” en una de sus dos manos izquierdas, me suministraba los SACIS con la otra. Murió en 1979, en su defunción figuraban dos causas. Silicosis y pena. Estoy convencido de que se volvería a morir del disgusto si levantara la cabeza y conociera a su señoría.

El comunismo queda lejos de los parámetros actuales de sociedad, pero en aquel momento era la forma de lucha contra la dictadura. Hoy estoy contento de militar bajo las siglas de un Partido Socialista que defiende lo que creo y que con suerte y en pocos años, se consolidará como única fuerza viable para hacer política en Madrid. Y no digo nada, que no diga el CIS.