¡Lo voy a explicar! Hace días que cualquiera que disponga de
un mínimo de inteligencia, haya leído un par de tebeos y visualizado cuatro o
cinco anuncios de televisión, sabía que en este 4M, Ayuso ganaría las
elecciones con muchas diferencias sobre los demás. Cualquiera que con trece o
catorce años haya revisado los datos de esta o aquella revista pornográfica, era hoy
capaz de saber que Edmundo Bal no valía un cinco por ciento del escrutinio y
así podríamos llegar a poner el mayor de los ejemplos, el de una o con un
canuto, para saber qué hacía falta muy poquito conocimiento electoral y
político, para jugar a ser profeta y haber clavado el resultado que ahora
puebla todas las pantallas. Sin ir más lejos, un inválido servidor que siendo
generoso me autorizo a decir que no poseo ninguna capacidad destacable y en el
ámbito objetivo, la lógica dice que no sé hacer absolutamente nada, apuntó los
resultados en un papel, delante de varios testigos.
En estas elecciones me quedo con Vallecas. Ayuso ha ganado
en todo Madrid, a excepción de dos o tres municipios. Pero la lógica manda y
como digo, tenemos que aterrizar en Vallecas, para entender lo que significa la
izquierda radical en este país y la puñalada que le ha dado a un partido
socialista actualmente ausente, que cualquier ciudadano normal, entendió y
respetó en algún momento de la historia. Ayuso ha sacado el doble de votos que
Pablo Iglesias y toda su coalición en Vallecas y el triple en Puente Vallecas.
Eso quiere decir que la parte del pueblo que representa el esfuerzo que hay que
hacer para sacar adelante a sus familias, es decir, la gente humilde y normal,
que se ilusiona con un futuro mejor para los que vienen detrás, se ha cansado
de estos pintamonas vendehúmos, chepas y ratas aparte, pues no seré yo el que
falte al respeto a nadie esta noche. Villaverde, Carabanchel, Aluche o
Salamanca, hoy todos eran uno y el voto lógico ha puesto las cosas en su sitio
en un momento en el que ese sitio está pintado con el azul Ayuso.
Miguel Ángel sabe de esto más que Iván y le ha ganado la
batalla. Ya lo demostró con José María e independientemente del entre chato y
chato, tiene que recibir mi gran enhorabuena, sencillamente por ser lógico.
Acerté exactamente con todos los resultados que ahora
conocemos, e incluso ese ochenta de participación era algo transparente en el
día de ayer. ¡Lógica, lógica, lógica! Y en la lógica, de votar y sin saberlo,
muy lejos de esas ideologías y políticas a las que me refería al principio, los
cálculos que ayer se podían hacer sin miedo a equivocarse, se basaban en el
subconsciente social, subjetivamente redundante e independiente de en qué bando
se hubieran peleado los abuelos, que no es otro que el voto en contra de Pedro
Sánchez.
España no quiere a Pedro Sánchez y por tanto reniega del
socialismo actual. Pero no podemos caer en el error de vincular al bloque de la
izquierda que representa el todavía actual presidente del gobierno, con las
siglas de clásico partido socialista. Esto se entiende hablando con los
Felipes, Joaquines o Alfonsos, verdaderos artífices de la parte de bipartidismo
que les tocó vivir. El socialismo actual un sinónimo de aquel futbolista de
Gama, Distrito Federal que a mediados de los 2000 pasó por el Real Madrid. ¡Kaká!
Disculpas por este pequeño juego.
Y voy a tratar de ir terminando, atreviéndome a dar una
pequeña lección que espero admitan los lectores que hayan llegado hasta aquí:
Nada es lo que parece y desde que el hombre empezó a comunicarse entre sí,
siempre hemos querido llevar al que teníamos enfrente a nuestro terreno y a
partir de esa sencilla relación entre dos, crecemos hasta hacer de la
manipulación un estilo de vida. ¡Arte! Y hoy los madrileños han votado con ese
arte que escondía el subconsciente que todos tenemos y del que sabemos demasiado
poco, para poder controlarlo. ¡Viva Madrid y Viva España! Al final nos vamos a
dar cuenta de que somos madrileños y españoles. ¡A ver si pillo otro tebeo!
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