El Gordo ha sido entrevistado en la
televisión de Rosa María Mateo. Un
programa para un terrorista. Un espacio televisivo pagado por todos para quien
fue en su momento condenado a diez
años de cárcel por pertenencia a la banda terrorista ETA. Un
líder abertzale inhabilitado para ejercer cualquier cargo público y portavoz
ilegalizado de Herri Batasuna ocupó el mejor momento de la televisión pública. ¡El
brazo político de ETA en la televisión que pagamos todos los españoles!
La situación que se produjo hace pocos días
en nuestro país es algo que solo nos puede pasar a nosotros. Y la culpa no la
tiene nada más que el votante español, nosotros, los que vamos a las urnas y
ponemos en el poder a unos u otros según nuestra manera de pensar. La sociedad
española es un conjunto de hipócritas que permiten, convalidan y aceptan este
tipo de situaciones. Es más, la ironía de los asesinos, se ve
reflejada en un simple tweet que otro de los diputados del mismo partido
abertzale al que pertenece El Gordo en el Congreso, Oscar Matute, dice: «romper
los marcos mentales» de los espectadores. «Nos imaginan montaraces, rudos,
insensibles al dolor y al humor, ha tuiteado Matute. «Solo tú eres capaz de
desmontar la falacia de un relato que nos culpa de todo para no asumir sus
desmanes y su incapacidad». Esto nos lo cuentan después de habernos matado a
casi mil de nosotros.
ETA está en las instituciones porque una
parte de sociedad vasca es una mierda y no se puede definir con otro tipo de
calificativo. Una sociedad repleta de asesinos que siguen pensando igual que
hace cincuenta años y a los que nosotros, los españoles de bien queremos
ver muertos. Siempre dije que el conflicto con País Vasco y Libertad, era una
guerra en toda regla y que como tal tenía que ser tratada. Me pregunto sobre
quien ha ganado una guerra que ha terminado con sus principales protagonistas y
los enemigos de la sociedad en las instituciones. Me pregunto quién salió
victorioso del conflicto para mi tan vigente como hace años, cuando el espacio
público se dedica a justificar sus asesinatos.
Nos imaginamos a Aymán Mohamed Rabie al
Zawahirí, actual líder yihadista en la CBS, en la BBC o en la mismísima
Televisión Española. Pues lo sucedido el otro día es todavía más grave cuando
sucede en un país con un pasado terrorista como el nuestro.
Si el futuro de este tipo de terroristas en
activo dependiera en este momento de mí, todos estarían muertos. Quizás yo no
sea una buena persona, pero lo que si tengo claro es que no dependemos de Dios
y solo confío en que el tiempo terminará poniendo a cada uno en su sitio. Y no
me refiero solo a los terroristas, sino también a los políticos que procuran el
bienestar de los mismos.
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