Fotografía Digital de León |
Subordinado, mediador, encargado y así sucesivamente podríamos
buscar según su etimología, los significados a la palabra Ministro o Ministra. Y parece ser que a muchos se les ha olvidado
ese contexto, haciendo que un Ministro o Ministra, ya que muchas veces no
sabemos a quién tenemos en La Cartera, parezca un mandatario, un jefe o
simplemente Dios.
No sé si el Señor o Señora Huerta tendría que haber dimitido
por intentar defraudar al fisco. Me da exactamente igual si eran uno o eran
dos, si se quiso quedar con el dinero de todos los españoles por su cuenta y
riesgo, por mala información o porque eran sumamente imbéciles.
Pienso que cualquiera y dependiendo de las circunstancias
puede ser candidato a cometer un delito, pero soy de los que tienen claro, que
siempre que no se produzca amparado por el estado, se pagará por él y que una
vez pagado se debería estar exento de responsabilidad. Por eso entiendo que no hubiera
pasado nada si el actual y precario gobierno socialista, asumiera la
responsabilidad moral, es decir nada, y este hombre o mujer, me da igual lo que
sea, siguiera hoy en el gobierno.
Vivimos tiempos en los que etarras condenados por la muerte
de inocentes niños, reciben homenajes en sus pueblos de origen y por el
contrario, alguien que ha cometido un delito fiscal y ha pagado por ello, no
puede desempeñar un trabajo como el de ministro.
Es una cuestión de listones, no refiriéndome con ello a una
simple barra de medir, sino a lo listos, habladores que somos cuando estamos en
la oposición y queremos paralizar, entorpecer o desbancar al gobierno de turno.
¿Nos estamos dando cuenta en que se ha
convertido la clase política? Solo se dedican a guerrear entre ellos, a pedirse
responsabilidades y a cobrar por buscarse un hueco entre los iluminados, que es
muy diferente a cobrar por ganarse la vida. No sé si me explico.
Dicho esto y cambiando la visión al ámbito personal, creo
que Màxim Huerta es un imbécil desde el punto de vista coloquial. Es un
irrespetuoso con la sociedad y un chulo que no merece estar en ningún puesto de
poder del que dependan los intereses de nadie. No hay nada más que ver el
absurdo discurso de despedida con el que nos deleitó y la soberbia demostrada
después, cuando en plan machote dejó caer que ha dimitido para que no se cual o
tal jauría dejara trabajar al gobierno actual.
La falta de respeto ante cualquier opinión se la debería de
haber guardado, ya que decir que estar al día con hacienda ya no se lleva o
demostrar desprecio sistemático hacia los demás y no un delito fiscal por el
que ha pagado, si le deja fuera del mercado político legal.
Aprovecho para acordarme de mi amigo Pedro Sánchez, quien
creo que ha ejercido su derecho a mediante la ley obrar como lo ha hecho y
colocarse de Presidente del País. Otra cosa es, lo malo o bueno que tenga su
Consejo de Ministros, el que se haya cargado el centro izquierda y con ello el
bipartidismo para siempre y lo que los españoles tendremos que pagar por no
haberle dejado estar en la Moncloa o en la mismísima Casa Blanca un par de días
de vacaciones.
Y desde el punto de vista técnico, fuera de mis preferencias
políticas actuales, que están muy lejos de lo que representan los socialistas
españoles, me es indiferente que a nivel
nacional sean ellos o los populares los que están en el poder, ya que estoy
cansado de decir que manera de gobernar solo hay una y que en estos tiempos no
puede diferir mucho, sea quien sea el que la ejecute. Pero deberíamos de
empezar a hacer política, dejando fuera de la misma a cierto tipo de personajes
que a veces no se merecen ni vivir. Con ese extremo no me refiero al extinguido ministro Huerta o Huerto. Que esto quede claro que luego los iletrados anónimos se acuerdan mucho de mi.
Recordemos que tenemos terroristas en nuestro parlamento.
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