Los atentados terroristas producidos en Europa en los últimos tiempos, no son actos aislados producidos por individuos desarraigados con tendencias suicidas, sino capítulos de una enfermiza y declarada guerra abierta por una civilización diferente a la nuestra, anclada siglos atrás, polarizada hasta el extremo y que tiene como fin, nuestro exterminio.
Europa se duerme. Las políticas fallan e incluso esa parte
de la sociedad que entendemos como intelectual, ha llegado a tratar al verdugo
yihadista de turno, como víctima abatida por nuestros servicios de defensa. El
yihadismo es el enemigo y como tal hay que tratarlo.
Imaginemos que todos los ciudadanos europeos entendiéramos la
yihad como una guerra de todos los musulmanes contra Europa y dejáramos a un
lado esa educación que nos hace decir, que solo se trata de un conflicto que
unos pocos locos mantienen en nombre de Alá. Si esto fuera así, seríamos sin más, tratados de burdos animales sin
cultura y lo que es peor, sin sentimiento hacia los demás.
Sin embargo, para el fundamentalista islámico que atraviesa
un paseo repleto de gente con un camión dejando decenas de muertos a su paso,
para el musulmán que en pleno concierto hace explotar una bomba o para aquel
que fusil en mano, sentencia la vida de quien se le pone por delante, todos somos
igual de enemigos. Entonces, ¿por qué yo tengo que ser diferente?
Hace mucho tiempo que dejé de visualizar asquerosas
tertulias repletas de perroflautas y corruptos de patética imagen, que contrastan con
trajeados energúmenos de la misma clase, de los que no tienen ni pajolera idea de los temas que tratan y que además brillan por su escasa capacidad sensitiva. Pero a todos nos tiene
que quedar claro, que mucha culpa de lo que está pasando y además de la que
tiene parte de la clase política de mierda en su mayoría que existe en nuestro país, la tiene
la propaganda que llega a la limitada e incapacitada sociedad, que formamos
todos.
¡Somos una panda de imbéciles y tenemos lo que nos
merecemos! Estamos dejando que nos maten a las puertas de nuestras casas, en
nuestras salas de ocio y en nuestros paseos. Nos matan en el camino al trabajo,
en nuestras propias casas y donde en definitiva nos pillen. ¿Y qué hacemos? Ni más ni menos, que seguir defendiendo una
sociedad multicultural y consentidora, de fronteras abiertas por las que entran
los asesinos que mañana nos van a quitar la vida y seguimos nombrando políticos
que defienden independentismos y normas que son nuestras sentencias de muerte.
Levantemos las manos y encendamos muchas velas, mientras esperamos que en tres, seis o nueve días, nos maten a otros cuantos de nuestros familiares. ¡Aplausos!
El problema como se ha demostrado es la segunda generación de inmigrantes, en España hay poca por ahora, pero en una década será un problema serio, los números hablan por si, de España han salido 200 yijadistas a combatir a Siria, 1.500 desde Francia y 1000 desde Inglaterra, estos dos últimos paises tienen una generosa tasa de segunda generación procedente de la inmigración.
ResponderEliminarEn los proximos meses desaparecera el Daesh de Mosul,mas tarde Raqqa,y poco a poco se recuperara Siria e Irak, lo que hay que evitar es que se junten en otro lugar.
-Líctores-