Me indigna profundamente que lo que deberían ser joyas del
periodismo, se queden en inacabados artículos que no terminen de aclarar la
verdad que pretenden. Y no voy más allá de la generalización, porque no es mi
interés tener ningún encontronazo con Luis, al que considero una de las
personas que fuera de los organismos de información del estado, está más al día del entorno terrorista vasco.
Pero si me gustaría aportar algo de clarividencia a un
artículo que considero incompleto, en lo que se refiere a entender los términos
y condiciones sobre los cuales se financiaba el grupo de asesinos más
terrorífico de la historia de España.
Luis Rodríguez Aizpeolea nos ha dejado en un
artículo - Los Mecanismos de Extorsión de ETA - que hay que leer, para posteriormente preguntarnos varias cosas. Pero
la primera de ellas, está muy clara: ¿Podría la banda terrorista haberse
financiado solo del dinero de la extorsión? La respuesta es clara y rotunda.
No.
Eran muy pocos los chantajeados que cumplían con las
pretensiones terroristas. Incluso me atrevería a decir que ese diez por ciento
que ofrece Luis, es un dato bastante exagerado. No hay que olvidar que el
terrorismo vasco se nutría de pescadores de oportunidades. Cobardes y gente sin
arraigo que por cuatro duros lanzaba sus redes en busca del miedo, esperando un
retorno fácil y sin riesgo.
Tráfico de Drogas, atraco, robo, asalto, deficientes cursos
a futuros mercenarios y donaciones de imberbes intelectuales, han sido las
principales fuentes de financiación de ETA. Y hay que entender que ETA era una
organización ideada como un sistema lucrativo sin más, compuesta de asesinos,
violadores y en definitiva gente sin escrúpulos, capaz de hacerle cualquier
cosa a su madre por cuatro perras gordas.
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