Un proverbio anónimo justifica la cantidad de tontos a
nuestro alrededor de esta manera:
“Cada día que amanece, el número de tontos crece”
Parece que es en este país por donde sale el sol todos los
días y la mayoría de ellos se queda aquí a vivir.
De un tiempo atrás, la sociedad convive con el bombardeo de
dimes y diretes que, en forma de noticias, nos cuentan las andanzas de Don
Francisco Nicolás Gómez Iglesias, apodado por la prensa española como “El
pequeño Nicolas”.
Es de todos sabido que este individuo fue detenido el pasado
octubre acusado de falsedad, estafa y usurpación de identidad. Francisco
Nicolás se había estado relacionando con las altas esferas del poder político y
financiero español, teniendo además la osadía de afirmar que estaba en la
nómina de los servicios secretos españoles.
Lo primero que quiero hacer es mandar un mensaje a
Francisco, asegurándole la tranquilidad que le debe de proporcionar el que,
bajo ningún concepto y en ningún momento, se emprenderán acciones legales
contra su persona. No tiene que tener ningún miedo de los tres años de pena de
cárcel con los que se contempla el delito de usurpación de identidad. Nunca
recaerán sobre él.
En otro sentido y, recordando la cita del principio, me voy
a atrever a dirigirme a la sociedad en defensa del joven aprendiz de espía para
manifestar otras opiniones.
En materia de seguridad existen cuatro puntales en el mundo.
Los Estados Unidos que la basan en su potencial económico. Israel por necesidad
histórica. El Vaticano, sobre el cual no me atrevo a explicar nada, y España,
donde somos literalmente los mejores. Imaginando que mi opinión sirviera de
algo a alguien, me gustaría que se me explicara cómo un individuo que llama la
atención por su juventud se puede saltar la seguridad de grandes empresarios,
altos mandatarios políticos e, incluso, la del Jefe del Estado. Pues en
definitiva, y aunque existen medios para ello, el pequeño Nicolás ni los
conoce, ni los espera y, por tanto, es totalmente imposible que ese hecho se
produzca.
Es evidente que no tengo ni idea del proceso en el que han
ido produciéndose los hechos y de los pasos llevados por Francisco en esta
bonita historia pero ahora es cuando empieza a interesarme.
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