Campana sobre campana y sobre campana una. Como un
villancico entonado a destiempo, una y otra vez, se escuchan voces que emulan
esos replicantes sonidos sin saber absolutamente nada de lo que está pasando.
Hoy se publica que Beatriz Talegón es acusada por Izquierda
Socialista de impulsar la campaña contra Tómas Gómez Franco a la Comunidad de
Madrid.
La Presidenta de Foro Ético y Pérez Tapias no son bien
vistos por Izquierda Socialista y, a su vez, se están generando nuevos grupos
para luchar contra el nefasto, caótico e impresentable antecesor de Fraile en
el Ayuntamiento de Parla.
Cada día me cuesta más quitarme de la cabeza que los
socialistas madrileños son un poco más tontos que la media nacional. Las ansias
de poder y las ganas de participar del mismo están haciendo que sean incapaces
de aunar fuerzas y, sin más, echar del terreno político a lo que ya hoy en día
podríamos denominar “caricatura”, refiriéndonos a Tomás Gómez.
Todos queremos que Gómez desaparezca y, los que todavía le
soportan, lo hacen por intereses personales dentro de lo que supone una
convicción de que con este tipo de candidatos el socialismo en Madrid
desaparecerá.
Socialismo Abierto es un nuevo movimiento generado desde la cúpula nacional del
Partido Socialista con un cometido concreto, conciso y claro. Este nuevo
conjunto al que ya se han adherido numerosos secretarios generales y del que
participan compañeros de más de 50 agrupaciones, que está creciendo sin pudor,
es el que definitivamente mandará a su casa al que fuera el alcalde más votado
del país.
Hay quien disfruta del juego político e, incluso, hay quien
hace de ello su vida. Nunca podríamos imaginar un grupo político sin guerras
internas, porque son esas guerras las que procuran el suelo de muchos. La gran
vergüenza es la falta de personalidad que demostramos cuando no aprovechamos
los comicios pertinentes para, de forma legal, poner al más querido entre los
electores. Lejos de ello, solo usamos el trapicheo y la mentira para llegar a
supuestos acuerdos, que más tarde serán rotos en virtud de la mentira que nos
proporcione “lo mío”.
Si bien es cierto que a Tomás Gómez no le quieren ni en su casa, también es
cierto que vivimos unos tiempos de crisis en que se mata por el pan de cada
día. Existen familias enteras de politiquillos, a los que no podríamos meter ni
en el saco de las personas, que van a matar por el puesto que tienen.
Concejales que nos saben leer, secretarios generales que hartos de comer tocino
lo que mejor tienen es el físico o ex primeras espadas que se tienen que llevar
los cuatro o cinco mil euros para casa porque no saben hacer una simple “o” con
un canuto.
Estos son los que soportan a este, para mí, defensor de sus intereses sin más
que se llama Tomás Gómez Franco. Su falta de sensibilidad podría ser
metafóricamente equiparada a la falta de empatía que alberga un psicópata en su
mente.
Desde aquí un mensaje a Beatriz Talegón, Martín Rojas, Pérez Tapias, César
Giner, Cepedas, Aceras, Montoyas, Robles y demás ex compañeros:
El perfil psicológico
de Gómez es de libro y no tiene complejo alguno. Sus acciones son previsibles y
está rodeado en su mayoría de un personal manipulable y sin ideas propias que
vive a la inercia del Jefe. Echar a Gómez de Madrid es como quitarle un
caramelo a un niño en la puerta de un colegio. ¿Sois tan sumamente torpes que
solo pensáis en vuestros intereses personales sin ver más allá?
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