La evolución ha conseguido que el ser humano adquiera a través de la experiencia, ciertas capacidades que antaño eran desconocidas para nuestra especie. La protección que ejercemos sobre nosotros mismos en la actualidad, nada tiene que ver con el atrevimiento de nuestros antepasados. Nuestros abuelos mal llegaban a los treinta debido a esa incompatibilidad entre supervivencia y autoprotección.
En la actualidad somos capaces de manipular los clics de nuestra mente a capricho con el fin de activar en el momento exacto, los mecanismos defensivos que en muchas ocasiones nos salvarán la vida. Como ejemplo podríamos recordar las agresivas campañas de tráfico.
No hemos perdido tampoco la parte más arcaica e instintiva que hemos heredado de aquellos animales que un día fuimos. Hoy seguimos cerrando los ojos y alzando los brazos para protegernos de cualquier agresión o incluso de cualquier estruendo que nos pueda amenazar y también seguimos girando el cuerpo y poniendo las manos ante una inesperada caída.
En definitiva, podríamos decir sin riesgo a equivocarnos que vivimos gracias a una protección que incluso sin darnos cuenta nos procuramos a nosotros mismos de manera constante.
Lo que no puedo entender es que la clase política se quiera poner de acuerdo en generar un plan anticorrupción.
Solo hay una manera de entender esa idea en la que todos parecen estar de acuerdo y además se enfrentarán por ver quien es capaz de plantear las trabas más duras.
Una maniobra de márketing para llegar a la parte más amplia y más inculta de la sociedad que seguirá votando a personas que necesitan ponerse obstáculos a si mismos para evitarse delinquir.
Lo que me faltaba por oír es que, los políticos que nos dirigen tienen que perder el tiempo y el dinero en evitarse condenas futuras que llegarían fruto de las estafas y descalabros económicos constantes que les enriquecen y hacen cada día una sociedad más pobre y necesitada.
La corrupción vive en el alma de quien manda y quien tiene poder siempre pone lo mejor a disposición propia. Conozco cientos de políticos, empresarios y sindicalistas honrados y dignos hasta la médula. Estoy seguro de que la idea de blindarse para robar, que es lo que pronto entenderemos significa ese plan anticorrupción, no ha salido de ninguno de ellos.
Alguien dijo que la ignorancia de las masas es la fuerza que tienen muchos de los que gobiernan
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