La prensa nos cuenta hoy, que a lo largo del
año 2006, el ex tesorero y ex senador del Partido Popular incrementó en mil
millones de pesetas una de sus cuentas en Suiza. Luis Bárcenas llegó a retirar
22 millones de euros de una de las muchas cuentas que se le atribuyen. Los que
tratamos de estar al día en relación a la actualidad política intuíamos que
esta información iba a salir a la luz y era constante conversación dentro de
ese mundillo.
Visualizando las imágenes del personaje que da
título a esta entrada, he apreciado ligeramente que su físico ha sufrido una
involución. Sin entrar en valoraciones estéticas, podemos apreciar en las dos
fotografías que acompañan el texto notables diferencias que son prueba de un
deterioro en el físico de este caballero a lo largo de los años. Hay un marcado
antes y después que podría dar a entender muchas cosas y que, según mi
experiencia y a la espera de un juicio justo, situaría al genovés más cerca de
la condena que de la absolución en el contexto de los delitos que los
periódicos le imputan estos días.
No voy a hacer ningún juicio de algo que tiene
principio, nudo y desenlace y que conozco perfectamente. Lo que sí quiero es
aprovechar la coyuntura para reiterar que sigo enamorado de las diferentes
conductas sociales de la especie humana. Somos capaces de expresar todo lo que
escondemos sin manifestar palabra. Sin confesar nada y sin hacer ni un simple
gesto. Nuestros rasgos físicos nos condenan o nos liberan.
Se ha discutido mucho tiempo sobre la
fiabilidad del polígrafo y, hoy en día, ya se reconoce desde cualquier
estamento como medio para llegar a la verdad más oculta de una persona. El
detector de mentiras es una máquina capaz de analizar y hacer gráficos ciertos
parámetros que el ser humano no es capaz de controlar. Engañar a una máquina de
la verdad es posible, aunque no está al alcance de todo el mundo.
¿Es la cara el espejo del alma? Volviendo al
tema que nos ocupa, voy a proponer un experimento en el que después de
visualizar durante diez segundos las dos fotos que figuran abajo, contestaremos
a una pregunta: ¿Es necesario que Luis Bárcenas Gutiérrez se someta a la prueba
del polígrafo?
ANTES
DESPUES
En las cárceles de todo el mundo hay un número
más elevado de personas feas que bellas. Está demostrado que a los ojos de los
demás es más inocente una persona agraciada físicamente que una que no lo sea
tanto. Tanto es así, que esa conducta social que tenemos hacía los de enfrente
hace que, en cualquier juicio y a las mismas pruebas remitidas, el porcentaje
de condenas se eleve sensiblemente del lado de los feos que no de los guapos.
¿Son más fiables los guapos que los feos? La respuesta es que no. Siempre que
sea un ciego el que decida.
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