Un país que gasta más de lo que ingresa de forma estructural tiene un grave problema: depende de la financiación que otros le dan y, a la larga, acaba teniendo que obedecer sus "consejos".
Por tanto, quede bien claro que soy partidario de ajustar y racionalizar determinados gastos públicos, empezando por el sistema de políticos sobredimensionado. Y aumentar, si es imprescindible, los ingresos vía impuestos y demás herramientas.
Dicho lo cual, lo que anunció ayer Mariano Rajoy no me gusta en absoluto. Digo anunciar y no decidir porque, me temo, lo único que ha hecho es adaptar a su ideología las "recomendaciones" de nuestros acreedores, del FMI y de la Comisión Europea que nos ha de dejar 100.000 millones de euros para cubrir la orgía de la burbuja inmobiliaria, permitida por los supervisores, azuzada por los políticos y promocionada por la banca.
Dado que el rescate es eminentemente financiero, uno esperaría que fuera la banca la que sufriera el grueso del ajuste, seguido por los políticos y demás altos cargos. A fin de cuentas, en una democracia, como bien cantaba Luis Aguilé, no es fácil repartir las riquezas:
Sin embargo los ajustes no son precisamente un reparto adecuado de los costes. ¿Pagarán la deuda de los bancos los funcionarios, parados y las clases medias?
Parece que esta es la decisión de nuestro Gobierno, que paguen los que nada (o poco) deben.
Trasladar al momento de la jubilación la paga extra de los funcionarios, eliminarla de facto para otros trabajadores públicos, aumentar el IVA reducido al 10% y el normal al 21%, reducir la prestación de desempleo a partir del sexto mes o eliminar la deducción por adquisición de vivienda habitual son algunas de las medidas adoptadas.
La única aceptable, que se toma a disgusto, es la de quitar el beneficio fiscal a la compra de vivienda a partir de 2013. Sin embargo, este beneficio debería dedicarse a otro tipos de gastos que sí deberían tener beneficios fiscales, como los gastos médicos de determinada naturaleza, por ejemplo.
Los funcionarios, muchos mileuristas, ven expoliado su salario, que afectará directamente al consumo y, consecuentemente, al empleo (si las empresas venden menos, contratan menos).
Los desempleados son un colectivo acosado por unas medidas absolutamente deleznables: en una economía con pleno empleo, reducir lo que se paga a los desempleados tiene sentido e incentiva la búsqueda de empleo. En una economía sin trabajo disponible es, sencillamente, un ataque directo a los más débiles. Vergüenza debería darles a los que han aprobado estas medidas. Y además reducirá su ya mermado consumo, y más paro traerá.
Y subir el IVA en el mismo momento que se mantiene una preocupante "amnistía fiscal" es, sencillamente, una invitación a defraudar. Potenciar el riesgo moral, que el contribuyente que cumple se sienta insultado. Menos consumo y más fraude: menos empleo una vez más.
No me dan miedo los "Hombres de Negro" que mandan en España. Lo malo es que son "Hombres Grisis" que no saben qué si aprietan demasiado, ahogaran a su deudor, o éste decidirá que es mejor dejar de pagar las deudas.
Si os interesa el tema, es muy recomendable esta tertulia en Ràdio Marratxí, moderada por Toni Tugores, con Luis García Langa y Miguel A. Langa (formadores de Aula Finanzas) y un servidor de comparador financiero iAhorro.com:
Sin embargo los ajustes no son precisamente un reparto adecuado de los costes. ¿Pagarán la deuda de los bancos los funcionarios, parados y las clases medias?
Parece que esta es la decisión de nuestro Gobierno, que paguen los que nada (o poco) deben.
Trasladar al momento de la jubilación la paga extra de los funcionarios, eliminarla de facto para otros trabajadores públicos, aumentar el IVA reducido al 10% y el normal al 21%, reducir la prestación de desempleo a partir del sexto mes o eliminar la deducción por adquisición de vivienda habitual son algunas de las medidas adoptadas.
La única aceptable, que se toma a disgusto, es la de quitar el beneficio fiscal a la compra de vivienda a partir de 2013. Sin embargo, este beneficio debería dedicarse a otro tipos de gastos que sí deberían tener beneficios fiscales, como los gastos médicos de determinada naturaleza, por ejemplo.
Los funcionarios, muchos mileuristas, ven expoliado su salario, que afectará directamente al consumo y, consecuentemente, al empleo (si las empresas venden menos, contratan menos).
Los desempleados son un colectivo acosado por unas medidas absolutamente deleznables: en una economía con pleno empleo, reducir lo que se paga a los desempleados tiene sentido e incentiva la búsqueda de empleo. En una economía sin trabajo disponible es, sencillamente, un ataque directo a los más débiles. Vergüenza debería darles a los que han aprobado estas medidas. Y además reducirá su ya mermado consumo, y más paro traerá.
Y subir el IVA en el mismo momento que se mantiene una preocupante "amnistía fiscal" es, sencillamente, una invitación a defraudar. Potenciar el riesgo moral, que el contribuyente que cumple se sienta insultado. Menos consumo y más fraude: menos empleo una vez más.
No me dan miedo los "Hombres de Negro" que mandan en España. Lo malo es que son "Hombres Grisis" que no saben qué si aprietan demasiado, ahogaran a su deudor, o éste decidirá que es mejor dejar de pagar las deudas.
Si os interesa el tema, es muy recomendable esta tertulia en Ràdio Marratxí, moderada por Toni Tugores, con Luis García Langa y Miguel A. Langa (formadores de Aula Finanzas) y un servidor de comparador financiero iAhorro.com:
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