Colaboración de Cesar Giner
Profesor Titular de Derecho Mercantil en la Universidad Carlos III. Madrid.
Con una alta probabilidad, la economía del ladrillo se llevó por delante un gobierno de izquierdas en la Comunidad de Madrid, y ahora ha puesto en peligro el bienestar de todo un país. Algunos, en su momento, denunciaron esa economía excesivamente especulativa y poco productiva a la que unos y otros, atolondrados alcaldes, gobiernos regionales, gobiernos centrales, y de sus manos, la sociedad, se entregaron. Los que se quejaron, predicaron en el desierto. Era difícil no sucumbir ante la opulencia, y el dinero que parecía crecer en las macetas. Hasta nuestros socios teutones alimentaron con billetes, BMVs, Mercedes, Audis y Porches el desenfreno hispánico. Hace gracia ahora que Frau Merkel exija la austeridad que ellos mismos no practicaron.
Entendemos que la sociedad española está sufriendo muy seriamente las consecuencias de la crisis. Tristemente, esta es nuestra cuota parte de la responsabilidad que asumimos. Las responsabilidades políticas se van ventilando parcialmente. El PSOE ha experimentado una profunda debacle electoral todavía de consecuencias inciertas. Y es posible, dado el rumbo de los acontecimientos, que el PP se deje unos cuantos jirones. El pronóstico del desastre futuro de los populares es muy reservado. Pero no basta con todo ello. El daño político, social, económico e incluso ético que se ha ocasionado resulta tan grande que es imprescindible abrir un proceso de reflexión sosegado, sin estridencias, sobre la Política y los que practican esta noble tarea. Algunas cosas me gustará apuntar sobre ello. Entre todos tenemos que adquirir el compromiso de exigencia de responsabilidad política plena a todos aquellos que han gestionado mal los Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas, abandonándolos en la bancarrota: deben dejar la política y el ejercicio de responsabilidades públicas. Y los Partidos Políticos, que han caído en un severo descrédito, deben asumir el compromiso ante la ciudadanía de impulsar la Política como servicio público. Esto supondrá el abandono definitivo de la concepción de la Política como una profesión, y la entrega a la gestión de los asuntos públicos por amor a la ciudad, a la región y al país, en algunas ocasiones con recompensas, totales o parciales, y reconocimientos, y en otras, acudiendo a casa con la mera satisfacción de que has trabajado por tu comunidad, por tu municipio, por España. Y dentro de los Partidos, y de las ideas diversas que defienden para organizar la sociedad, pues eso, unas veces tocará pegar carteles, y otras tomar decisiones, en la gestión interna de la organización y desde el ejercicio de responsabilidades públicas. Esto sí, en todos los casos, con la misma entrega y abnegación de servicio público. Próximamente, hablaré, no ya de Bankia, sino de Caja Madrid.
Cesar Giner Parreño.
interesante noticias sobre economia y analisis sobre su actual hundimiento, me fue de mucha utilidad ya que inicio mis estudios en esta area, tambien comparto con ustedes la noticia sobre Ana Patricia Botín http://blogs.que.es/noticiasfinancieras/tag/ana-patricia-botin/
ResponderEliminarsaludos.