jueves, 6 de agosto de 2009

EUROPA VS AFRICA


Soy un hipócrita, y lo soy por la sencilla razón de que en mi ideología en contra de cualquier cosa que se levante con el pie derecho y no sea de color políticamente rojo, entra la creencia de que el desequilibrio mundial es vital para la consecución del día tras día.

Así pues entiendo, creo y defiendo que aunque me duela y personalmente trate de hacer lo que pueda por ellos, los pobres y las diferencias sociales deben de existir.

Muchos de nosotros vivimos de puta madre gracias ha que hay energúmenos, explotadores, corruptos, ladrones de guante blanco con yates y mansiones, dueños de gigantescas multinacionales con sueldos de ceros y ceros detrás de la unidad y por contra hay hambre en la cara opuesta de la moneda.

Y además los que en teoría tenemos la sartén por el puto mango y hacemos que la tierra gire a la velocidad exactamente adecuada hemos sabido hacerlo.

Hemos sido como aquel príncipe que describía Poe en algún relato donde ante la llegada de la peste cerraba las puertas de su castillo y se defendió de ella mientras pudo a base de fiesta tras fiesta. Al final entro la peste y derrocó al principe, principe que era del Partido Popular.

Haciendo un poco de historia hemos sido tan inteligentes y capaces que incluso un mercenario inglés dio nombre a la antigua Rhodesia para explotar su minería. Franceses en Costa de Marfil. Qué decir de los alemanes y sus atrocidades con el pueblo bantú, todavía hoy recordando esa historia en sus museos. Historia basada en los campos de concentración de Namibia. Y los actuales cascos azules, muchos de ellos belgas, el mismo ejercito belga que arraso el Congo. Portugal en Mozambique. Sierra Leona para que hablar y son solo ejemplos del control absoluto sobre en este caso, el continente africano.

Tengo claro que en cuestión de cincuenta, cien o doscientos años nosotros seremos la carnaza de pueblos orientales que llegaran, experimentaran, violaran, arrasaran, y después se irán cerrando sus puertas a la llegada de cualquier atrevido europeo que vaya a pedir una limosna o un trabajo de limpiabotas.

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