Desde la terraza del hotel observo la linea perfectamente recta que marca el horizonte. Discontinua por algún que otro pequeño barco que sirve para que las nubes desistan de lo que parece ser un aterrizaje seguro.
Las gentes en el paseo deambulan sin nada que hacer. La mayoría ha cenado pronto. Hay veces que las bandejas de empanadillas o la cantidad ingente de ensalada con salsa rosa, elaborada con sobras de los tallarines al ajo del mediodía, se agotan. Eso enerva a las personas de más que mediana edad, que elaboran decenas de viajes, sorteando mesas llenas de turistas hasta llegar y cargar el sustento de las próximas horas.
El paso del tiempo me hace asociar unas cosas con otras y así, hace pocos días, comentaba con un amigo que las personas han perdido toda referencia. He leído muchos libros. Malos y peor que malos la mayoría. ¿Por qué todo lo que actualmente editan es tan sumamente malo casi en su totalidad?. Manido, obsoleto por moderno y reverberante. ¿Será porque los escritores también han perdido la referencia?
¡Ahora me doy al blog! Y busco “artistas” en la materia. Al final sería incluso lectura gratis y al precio que están los libros, es un recurso. Muchas veces apuesto por lo aleatorio y en ocasiones encuentro algún Rimbaud cansado de vivir y en ese su final, toda la capacidad se retorna verso. Otras me encuentro leguleyas, y también ellos, con carreras mal terminadas, con apenas conocimientos en ninguna materia y ni tan siquiera vida para contar, que se han quedado en la antesala de ser algo parecido a un cero a la izquierda. ¿He dicho izquierda?
La gente ha perdido la referencia y la culpa no es de la gente. No es del que pasea bajo mis pies en este momento. La gente ha perdido la confianza y las ganas de creer en algo. Hace años que ya no creían pero hoy ya han perdido las ganas. Cualquier ”perroflauta” nos da lecciones y es capaz de realizar programas políticos malos.
Hace un par de días pensaba en la corrupción valenciana y valoraba la repercusión de la inminente dimisión del chorizo que iba a ser presidente y llegaba a la conclusión de que hoy por hoy, ¿qué mas da? ¿Qué va a cambiar? Ya sabíamos quien iba en su lugar. Pero de cualquier manera, ¿y qué?. Antes los políticos iban a la cárcel por equivocarse en la lucha contra los terroristas vascos. Tenían que rendir cuentas por actos que tenían una repercusión positiva en la sociedad. Hoy en día nuestros políticos son una manada de rácanos que perduran aferrados los unos a los otros por catorce mil o por cincuenta y cinco mil al año, da igual. No entienden a la sociedad, no entienden de organización, ni de empresa, ni de seguridad, ni de ancianos, ni de niños, ni mucho menos de terrorismo. A veces dudo que sepan conducir sus coches o usar sus móviles más lejos de para quedar a tal hora en tal tasco para celebrar algún cumpleaños de algún otro de similares características.
Sigo mirando hacia abajo y veo un matrimonio que acabó en el comedor. Salen a pasear y observo que dudan, les da igual tomar cualquier dirección. Me voy a cenar, que seguro que cuando llegue se acabaron las empanadillas. Hay que pensar que mañana será otro día, pero tengo que dormir. Y en esas horas no aprovecho el TODO INCLUIDO.